Managua.- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dio por iniciado este sábado el «repliegue», una de las fiestas más importantes de los sandinistas, en medio de una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos desde abril de 2018.
Ortega compareció a la cita sentado en la parte superior de un autobús de dos plantas, en el centro actual de Managua, desde donde cientos de militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) partieron hacia la ciudad de Masaya, en un recorrido de más de 30 kilómetros.
El recorrido, conocido como «repliegue», conmemora el 40 aniversario del éxodo que unas 5.000 personas realizaron desde Managua hacia Masaya, para huir del dictador Anastasio Somoza Debayle, lo que representó el preludio de su caída en julio de 1979.
El autobús de Ortega se abrió paso entre empleados del Estado, militantes sandinistas, y policías, tanto uniformados como de civil, que fueron citados para el «repliegue».
Hasta antes de 2018 el «repliegue» atraía a decenas de miles de sandinistas, pero la respuesta de Ortega a la llamada «insurrección cívica» en su contra, que ha dejado cientos de muertos en 15 meses, ocasionó una fractura entre una aparente mayoría de nicaragüenses y el presidente, lo que hizo decaer su popularidad de forma visible.
Mientras Ortega se desplazaba hacia Masaya en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, los habitantes de dicha ciudad divulgaron imágenes en internet donde mostraban las puertas de sus casas cerradas, en rechazo a la presencia del presidente. Otros sacaron la basura a la calle y ahí la dejaron, en señal de repudio.
El recorrido de Ortega, que pretende llegar a Masaya en horas de la tarde, en principio no prevé ingresar al centro de la ciudad, sino dirigirse hacia sus seguidores en un pequeño campo deportivo en las afueras de la misma.
La Carretera a Masaya, por donde se desplaza el «repliegue», se encuentra bajo un fuerte despliegue policial, que incluye a cientos de agentes con armamento de guerra, pese a que la Policía Nacional prohibió desde ayer que cualquier civil porte armas de fuego y cortantes en todo el país.
Al igual que en el «repliegue» de 2018, cuando ya había iniciado la crisis sociopolítica, Ortega no bajó a saludar a sus seguidores.
Dicha crisis ha dejado unos 326 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Organismos humanitarios calculan hasta 594. El Gobierno admite 200.
La CIDH ha señalado al Gobierno nicaragüense como responsable de crímenes «de lesa humanidad» en medio de la crisis.
La OEA tiene en marcha un proceso de aplicación de la Carta Democrática Interamericana contra Nicaragua por violación al orden constitucional, que de ejecutarse la suspendería del organismo.