Avalado con el juicio crítico del maestro Bruno Rosario Candelier sale a la luz el poemario Oscula Versus del joven poeta santiaguense Adelso Reinoso, en el que muestra unas sorprendentes garras creativas, desde que empieza con el texto dedicado a su abuela hasta los versos que titula “Los poetas no tienen tiempo para amar”, para culminar con frases que parecen chispazos de una inteligencia filosófica acercándose a los aforismos propios de pensadores consagrados.
Nacido en 1992, Reinoso es un auténtico escritor del siglo XXI. Traduce del latín al español Oscula Versos como “Besos de versos”. El amor filiar es motivo esencial de su canto cuando al dirigirse a la abuela fallecida expresa: “Naciste para ser eterna entre los que mueren/ y moriste para ser un recuerdo impropio para los que viven”.
Define a los poetas como sujetos que “no tienen tiempo para amar”, conclusión a la que parece haber llegado por experiencia personal. “Vivimos en un rincón de ilusiones/ construido de metáforas, disueltas…/El amor nos pasa de largo en nuestro versar taciturno”.
Una madurez poco común en escritores de su edad se descubre en frases como “No me preguntes por verdad, cuando todo en ti es una mentira”, “Nada es un secreto hasta que la verdad quiera seguir siendo una mentira”, “La verdadera grandeza de nuestros éxitos es la capacidad con la que podemos enfrentar las dificultades para llegar a ellos” y “En el afán de hacer siempre lo correcto es cuando más caemos en el error”.
Rosario Candelier identifica el aliento universal amoroso de Oscula Versos, por sumarse al “decir más recurrente de la lírica en todos los tiempos y cultura”, donde el leguaje sirve de canal para expresar los sentimientos y las pasiones.
De su lado, el prologuista Pablo Reyes analiza la historia milenaria del beso, estableciendo una relación de la obra Oscula Versus “con la tradición judeocristiana y la herencia literaria y filosófica de Hispanoamérica”, donde confluyen grandezas, miserias, penas y alegrías.
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