La opinión pública quedó concentrada esta semana en el debate del proyecto para habilitar otra posibilidad de reelección al presidente Danilo Medina y sólo la incertidumbre del atentado que hirió a David Ortiz compitió en atención, con repercusiones negativas sobre la clave actividad turística.
Llamó la atención el entusiasta apoyo de algunos empresarios a un continuismo que pone en riesgo la institucionalidad democrática, la seguridad jurídica y la gobernabilidad, dejando atrás el reclamo de un nuevo modelo de desarrollo que no dependa esencialmente de factores exógenos como endeudamiento, turismo, remesas e inversión extranjera.
El lobo no saca la cabeza
Otra semana más en que el proyecto continuista quedó atascado, tras haber creado la expectativa de que el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) conocería el lunes 16 una propuesta para volver a reformar la Constitución de la República a fin de que el presidente Medina pueda ser postulado a la reelección. La reunión de ese organismo transcurrió con absoluta tranquilidad aprobando las reservas de hasta 20 por ciento de las candidaturas que no someterían a la elección primaria de octubre, de 4,113 cargos a ser electos en el 2020.
Fue la tercera vez consecutiva que los promotores del proyecto reeleccionista decepcionaron a sus seguidores, sin que asome la cabeza el lobo que amenaza la institucionalidad democrática, comenzando por el propio partido de gobierno. Es que como han sostenido diversos dirigentes peledeístas, existen “legítimos temores” de que ese proyecto podría abrir una caja de pandoras de donde saldría una serpiente divisionista que podría privarles del inmenso poder político y económico acumulado en las últimas dos décadas.
Por el lado del Congreso, todavía el miércoles se aseguraba que los senadores José Hazim y Felix Vásquez, ambos electos en la boleta del opositor Partido Reformista Social Cristiano, introducirían el proyecto de convocatoria de la asamblea revisora de la Constitución, pero tampoco ocurrió, como en la semana anterior cuando se anunció que lo haría el senador Julio César Valentín, quien aclaró que no daría ese paso a menos que fuera aprobado en las altas instancias de su partido, el PLD.
Caperucitas no se duermen
El problema fundamental que afronta el proyecto continuista es que por más cuentos que han difundido, las caperucitas no se han dormido, y hasta aparecen a la ofensiva. En el fin de semana se dio por hecho que en una reunión ya habían “asegurado” los votos de diputados del Partido Revolucionario Moderno (PRM), con gratificaciones en efectivo y facilidades aduanales, además de la presidencia de la cámara baja para Alfredo Pacheco. En las redes hasta publicaron unos cinco nombres de diputados “conquistados”.
Pero todo eso fue disipado muy pronto, con declaraciones contundentes del presidente del PRM, José Ignacio Paliza, y de Pacheco, así como en una rueda de prensa de los diputados perremeístas que incluyeron amenazas de demanda contra quienes les imputaron haberse vendido. Luego fue manipulada una frase de Hipólito Mejía en entrevista radiofónica, donde parecía haber liberado a los diputados del compromiso partidario contra la reforma constitucional, al decir que no iba a imponer nada a nadie, porque cada quien debe responder por sus actos. Aunque no ratificó la posición oficial de su partido, Mejía expresó respeto a la democracia, rechazó todo intento de corruptela y afirmó que no haría nada que perjudicara su nombre ni a su familia.
Posteriormente trascendió que el PRM había reservado las candidaturas de sus 52 diputados y sus dos senadores, liberándolos de someterse a la elección primaria, como mecanismo para reforzar que no puedan ser “conquistados”, ya que una de las ofertas que se anunciaban era que, si los expulsaban, serían postulados en la boleta del PRD.
Mientras tanto, los leonelistas mantuvieron la ofensiva comprometiendo grupos en la lucha contra la reforma constitucional. El domingo 150 oficiales militares y policiales retirados juraron ante el Altar de la Patria que “defenderán la Constitución”, en un claro indicador de firmeza por parte de Leonel Fernández, quien afirma ante propios y extraños que “no hay marcha atrás” y hará respetar el acuerdo del 2015 para una repostulación de Medina y nunca más.
Incertidumbre y turismo
Las incertidumbres generadas por el atentado que dejó mal herido al popular David Ortiz, no quedaron disipadas con el giro dado por la Procuraduría General y la Policía Nacional a las investigaciones, sosteniendo ahora que la agresión no iba dirigida contra el beisbolista, que lo confundieron con un acompañante y que los autores intelectuales serían Alberto Miguel Rodríguez Mota y Víctor Hugo Gómez, éste último prófugo de la justicia norteamericano al que asociaron al Cartel del Golfo, una organización mexicana de narcotraficantes.
Aunque la versión presentó una serie de indicios que podrían avalarla, ha tenido un rechazo bastante generalizado en medios de comunicación y redes sociales, y hasta en ámbitos internacionales, donde responden con burlas que el Big Papi pudiera ser confundido y menos con una persona físicamente muy diferente. Hasta versiones descabelladas siguen circulando sobre este atentado que generaliza la inseguridad por el poder de la delincuencia en el país.
Las versiones contradictorias difundidas en Estados Unidos y Canadá, donde la popularidad del Big Papi es inmensa, se sumaron al infortunio de una serie de fallecimientos de turistas en los últimos meses, generando una percepción de inseguridad, aunque los resorts turísticos dominicanos tienen bajísima incidencia de delincuencia. Informes confidenciales hablan de significativa proporción de cancelaciones de reservas, sobre 20% para los próximos meses. Ello obliga a replantear los problemas de la corrupción y su incidencia sobre la delincuencia en sus múltiples expresiones de narcotráfico, bandolerismo y sicariato. Así como la escasa credibilidad de las autoridades policiales y judiciales, a causa de persistente impunidad.
Un aliento empresarial
Al comenzar la semana en los ámbitos del danilismo se manifestaba entusiasmo por el aliento que había recibido el presidente Medina para que se lance definitivamente tras otra reelección, durante una cena que le fuera ofrecida en Cap-Cana con la asistencia de una gran parte del alto empresariado. En ámbitos empresariales se confirmó el encuentro efectuado el jueves 13, en el que el principal ejecutivo de Cap-Cana, Abraham Hazoury, exhortó al presidente a procurar su continuidad en el poder, al dedicarle la cena.
Se confirmó que al menos otros dos o tres empresarios le habrían expresado aliento al mismo presidente Medina en los intercambios personales que siguieron a la dedicatoria, en respaldo al planteamiento de Hazoury, quien en los últimos años trata de recuperar el proyecto Cap-Cana tras una caída en medio de la crisis hipotecaria y financiera del 2008-09.
Fue desmentido que allí se firmara un documento apoyando la repostulación de Medina, como se llegó a sostener entre comunicadores. Aunque alguien bien informado advirtió que podía darse por cierto que ninguno de los altos empresarios presentes iba a contradecir el aliento de Hazoury, aún cuando asistieron a la cena sin haber sido informados del objeto de la misma.
Hasta hace poco, voceros de las organizaciones empresariales se habían manifestado en desacuerdo con otra reforma constitucional reeleccionista, defendiendo la seguridad jurídica y la institucionalidad democrática, incluyendo a dirigentes del Consejo Nacional de la Empresa Privada, la Asociación de Industrias, la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y la Asociación de Jóvenes Empresarios. También entidades sostenidas por grupos empresariales como la Fundación Institucionalidad y Justicia y el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles. Pero hace poco, el empresario Campos de Moya, cambió de criterio.
¿Cuáles razones para tanto riesgo?
En círculos políticos se formulan interrogantes sobre cuáles razones tendrían los empresarios para alentar al presidente Medina a buscar una reelección que podría desatar graves conflictos, mayor debilitamiento y corrupción del sistema institucional y político, pérdida de legitimidad, crisis de gobernabilidad y mayor inseguridad.
Se asume que para la reforma constitucional faltan más de 30 votos, que habría que comprarlos corrompiendo aún más el sistema partidista, y luego emplear todo el poder del Estado para vencer una resistencia a otra reelección que hasta ahora se manifiesta hasta en 70 por ciento en las encuestas. Sorprende que no teman una división significativa del partido gobernante, a pesar de la resistencia del sector que encabeza el expresidente Leonel Fernández.
Algunos creen que Fernández no ganaría la elección, pero no se ven razones para que rechacen la posibilidad de una alternabilidad, cuando la oposición expresa posiciones económico-políticas céntricas, incluso conservadoras.
Alguien razonó que hasta los empresarios pueden estar impresionados por la propaganda que atribuye el crecimiento económico a “la magia de Danilo”, cuando en gran medida depende de factores exógenos que se vienen desarrollando desde hace décadas: las remesas que crecieron 77 por ciento en 9 años, 61% en 2012-18, que el año pasado aportaron 6 mil 500 millones de dólares, equivalentes a 325 mil millones de pesos, 20 por ciento más que todos los salarios y pensiones que pagó el Estado; el turismo que crece hace 4 décadas y en el 2018 aportó sobre 7 mil 500 millones de dólares, la inversión extranjera y zonas francas, y el endeudamiento estatal, duplicado en el gobierno de Medina, mientras las muy promovidas visitas sorpresas de Danilo implicaron 42 mil millones de pesos en más de 6 años, es decir apenas 7 mil millones por año.