San José.- El sacerdote nicaragüense Yesner Cipriano Pineda Meneses fue arrestado este sábado por agentes de la Policía Nacional, lo que lo convierte en el quinto párroco detenido en los últimos siete días, denunció la investigadora en temas religiosos Martha Patricia Molina.
«Policía sandinista secuestra al padre Yesner Pineda. Aún quedan sacerdotes con orden de captura y no han logrado salir del país», escribió Molina, autora del estudio titulado «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?» que da seguimiento a la situación de los sacerdotes en ese país, a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter).
El sacerdote Pineda Meneses, que pertenece a la diócesis de Estelí, en el norte de Nicaragua, es párroco de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, en el municipio de Ocotal, departamento de Nueva Segovia, fronterizo con Honduras.
El religioso fue detenido en Estelí mientras participaba en las festividades de la Virgen del Rosario, de acuerdo con la denuncia.
Según la investigadora nicaragüense exiliada y abogada de profesión, la «comunidad internacional (continúa) indolente ante esta temible y larga noche oscura que vive la Iglesia católica».
«Es necesario ayuda humanitaria para los sacerdotes”, abogó Molina, que el miércoles pasado presentó la cuarta entrega de su estudio, en el que detalló que 19 religiosos nicaragüenses, entre ellos el obispo encarcelado Rolando Álvarez y el obispo exiliado Silvio Báez, y otros 14 sacerdotes, han sido declarados «traidores a la patria» y despojados de su nacionalidad.
Entre el domingo y lunes pasado, los sacerdotes nicaragüenses José Iván Centeno, Julio Ricardo Norori, y Cristóbal Gadea fueron detenidos por la Policía Nacional, que los trasladó a Managua. Y el jueves en la noche fue arrestado el sacerdote Álvaro Toledo.
Esos cuatro sacerdotes, más el párroco Pineda Meneses, pertenecen a la diócesis de Estelí, cuyo administrador apostólico es el obispo Rolando José Álvarez Lagos, condenado en febrero pasado a 26 años y 4 meses de prisión por delitos considerados traición a la patria.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
El papa Francisco tildó de «dictadura grosera» al Gobierno sandinista en una entrevista con Infobae, señalando «un desequilibrio de la persona que dirige» ese país.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, acentuada tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega logró la reelección para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.