Pablo VI y Nuestra Señora de la Altagracia

En 1965 se emitió una Medalla conmemorativa del IV Congreso Mariológico y XI Mariano Internacional celebrados en la República Dominicana en 1965.

Esta historia ha de ser contada como testimonio: el beato Pablo VI conservaba habitualmente en un bolsillo una pequeña medalla de Nuestra Señora de la Altagracia que le regaló el embajador de la República Dominicana Tulio Franco cuando él (después Papa Pablo VI) era conocido como monseñor Giovanni María Montini, Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.

Esa medallita de la Madre Protectora del Pueblo de la República Dominicana se la mostró durante los saludos de sacerdotes que estudiaban en 1964 en universidades de Roma a Nicolás de Jesús López Rodríguez, a quien elevó en febrero de 1978 a la dignidad episcopal.

El Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez me narró esa experiencia con el Papa Pablo VI en una de sus últimas visitas a Roma.

Por mi parte debo destacar que por disposición de Pablo VI se celebraron en la República Dominicana en 1965 por la primera vez en un país del continente americano un congreso Mariológico y un congreso Mariano: el IV Congreso Mariológico y el XI Mariano Internacional celebrados en la República Dominicana en el mes de marzo de 1965.

El Mariológico tuvo lugar en Santo Domingo, Ciudad Capital del país, y el Mariano se celebró en la ciudad de Higüey, donde está el santuario de Nuestra Señora de la Altagracia, primera devoción desde 1506 de la Virgen Maria en toda América.

En octubre de 1992, en su tercer viaje apostólico a la República Dominicana, el papa hoy San Juan Pablo Il bendijo el santuario de Higüey y llamó Reina de América a Nuestra Señora de la Altagracia.

En 1965 se emitió una Medalla conmemorativa del IV Congreso Mariológico y XI Mariano Internacional celebrados en la República Dominicana en 1965.

Un ejemplar de esta reliquia enchapada en oro le fue donada durante la Audiencia General del miércoles 20 de Junio 2018 a Su Santidad Francisco por la Familia Dahuajre de la República Dominicana. En la residencia de esta familia católica se hospedó en 1965 el Cardenal Humberto Quintero, enviado por Pablo VI como su Delegado para representarlo en las celebraciones marianas.

Cabe destacar estos detalles este año 2018 cuando Papa Francisco ha decretado la canonización de Pablo VI.