Pacientes Pagan Novicial

SANTO DOMINGO, República Dominicana.– Prácticamente con una sonrisa en la boca, la presidente del Colegio Médico Dominicano, con gran alegría anunció que el paro se estaba cumpliendo en un 100 por ciento. Con orgullo decía que ni cirugías electivas, ni las programadas, ni las consultas se realizaron en esta primera jornada de las 72 horas de huelga.

Entiendo que el apoyo concitado entre los galenos en el país sea motivo de regocijo para el gremio y su lucha, pero creo que la sonrisa estaba de más.

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Los pacientes que desde hace semanas tenían cirugías planificadas o consultas médicas programadas no deben ser sometidos a los martirios de esta batalla.

No podían ser dejados a su suerte los que viajaron desde lejos pagando un pasaje, para darse cuenta que no serían atendidos, Ellos son los que finalmente pagan el precio porque al fin de mes, trabajen o no, los médicos, enfermeras, bioanalistas y el personal administrativo recibirán su cheque igual.

Sin rodeos ni titubeos, la Dra. Amarilis Herrera dijo que si el gobierno y cito «no obtempera a nuestro llamado, a nuestra presión, a nuestra motivación, los paros se incrementarán».

Parece que vamos rumbo a la era de Waldo Ariel Suero, cuando bajo su mando, el gremio realizó el mayor número de paros en la historia reciente.

Parece que la presidente del CMD no ha escuchado al Ministro de Economía  y Planificación cuando dijo enérgicamente que no habría aumento salarial para ningún empleado del sector público en el año 2014. Es por eso que los galenos hoy dijeron que sólo se reintegrarían a las labores si veían una intención clara de parte del gobierno de sostener una negociación.

Eso parece difícil en la actualidad, considerando que la consigna del gremio reza que exigen un 60 por ciento de aumento.

Sé que siempre hay que pedir cifras altas para tener un colchón para negociar, pero creo que se les ha ido la mano.

En el intervalo, los más empobrecidos pagan los platos rotos, al sufrir impotentes y sin protección, las consecuencias de luchas de intereses libradas sin tomar en cuenta la suerte de los más necesitados, de aquellos que no tienen voz.

Se trata, no hay duda, de un triste panorama que parece no temer remedio.