La Organización de las Naciones Unidas (ONU) auspicia un Pacto Mundial para establecer una migración “segura, ordenada y regular”. El proceso lo iniciaron en el 2017 y este mes, celebrarán una conferencia intergubernamental para adoptarlo. Algunos países, como EU, lo consideran incoherente.
Este pacto debe ser ponderado con objetividad. Sabemos que hay planteamientos teóricos propios de la migración pero hay realidades crudas que marcan diferencias radicales entre migrantes y ciudadanos del país, que pueden generar conflictos, cuando no respetan las leyes.
Recordemos que las divisiones geográficas se han establecidos para que la población ponga sus reglas y se acomode. Ahora bien, la migración es un fenómeno mundial. Las motivaciones son diferentes: algunos persiguen sobrevivir, satisfacer necesidades básicas; otros desarrollar potencialidades, donde se facilite, acorde con anhelos e intereses, etc.
Se puede emigrar pero respetando las normas del país al que se llega. De ahí que cada gobierno analice el comportamiento del migrante que recibe, para decidir sobre su estadía. Una nación que reciba migrantes legalizados, que se adapten a sus normas y aporten a la sociedad, de seguro que es bienvenido, de lo contrario, ningún organismo debe obligar a mimarlo.
El Pacto Migratorio que auspicia la ONU debe ponderarse cuidadosamente. Presenta 23 objetivos. Dicen que es una oportunidad para mejorar la gobernabilidad de la migración, afrontar los desafíos, reforzar la contribución de los migrantes al desarrollo sostenible; pretenden mejorar las vías de migración legal; medidas contra el trafico de personas; evitar separación de familias, reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino; usar la detención de migrantes solo como ultima opción
El Pacto también pretende, mejorar la cooperación a la hora de salvar vidas de migrantes, durante sus viajes con misiones de búsquedas y rescates; garantizar no perseguir legalmente , a los que le den apoyo humanitario; que los gobiernos le garanticen un regreso “seguro y digno” a los deportados y no expulsar a los que enfrenten un riesgo real y previsible de muerte y tortura u otros maltratos inhumanos; los países de orígenes deben readmitir a sus nacionales y ofrecerles documentos de identidad adecuados.
Agregan que el acuerdo “no es vinculante”, que cada Estado es soberano para determinar sus propias políticas ¿Y entonces? Agregan que ofrece soluciones, no imposiciones. ¡! Por Dios!
Parecería que este Pacto es para proteger e incentivar la migración ilegal. Enfatizan mimos y cuidados al migrante. Es un decirle, inténtalo, no pierde nada; si el proceso falla, le cuidaran con esmero. Mueve a la aventura. No hay lecciones. No se captan medidas preventivas, para evitarla y que sean felices en su escenario
En RD, el tema migratorio es muy importante. Buscando sobrevivir los haitianos han invadido el país. Ocupamos la misma isla; tenemos cultura, necesidades y prioridades diferentes. Pocas naciones enfrentan nuestra situación.
En lo que conozco de este Pacto, hay aspectos confusos, incoherentes. El Presidente Danilo Medina acaba de designar una comisión para evaluar los documentos. Deberían consultar los diferentes sectores, pues basta un paso en falso ¡Y la isla será una e indivisible! Los haitianos solo tendrán que denunciar cualquier desliz, para apoyados en este Pacto que auspicia la ONU, tomar las riendas de la isla en sus manos. Reflexionemos.