Papa justifica uso de condón en "algunos casos"

Ciudad del Vaticano.- La justificación por parte de Benedicto XVI del uso del preservativo en «algunos casos» y sus afirmaciones de que los papas no son infalibles suponen un «giro clamoroso» en el Pontificado, según los observadores, aunque el Vaticano ha matizado que no se trata de un «cambio revolucionario».

«El razonamiento del Papa está claro que no puede ser definido un cambio revolucionario», afirmó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi, en una nota en la que «explicó» las declaraciones de Benedicto XVI sobre la lucha contra el sida y el uso de condones recogida en el libro-entrevista «Luz del mundo», del escritor alemán Peter Seeewald, que sale a la venta el 23 de noviembre.

Preguntado por la sexualidad, el Papa Ratzinger dice en el libro, que «concentrarse sólo» en el preservativo significa «trivializar» la sexualidad y que esa «trivialización» hace que muchas personas no vean en la sexualidad la expresión del amor, «sino sólo una especie de droga, que se suministran a sí mismos».

Pero añade: «Pueden haber algunos casos justificados (del uso del condón), por ejemplo cuando una prostituta (o prostituto, según el idioma del libro) utiliza un profiláctico. Ello puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que todo no está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere».

Benedicto XVI agrega que, de todas maneras, el uso del preservativo «no es la verdadera manera para combatir el sida, ya que es necesaria una humanización de la sexualidad».

La «apertura» del Papa al uso del condón, la primera vez que un Pontífice lo hace, ha levantado un gran revuelo en todo el mundo y ha sido apreciada por la agencia de la ONU para la lucha contra el sida, que la considera un «paso adelante significativo y positivo».

Ante el interés desatado por la clamorosas afirmación, Lombardi precisó que no se trata de «un cambio revolucionario», sino de una «visión comprensiva y previsora» para llevar a una humanidad «culturalmente muy pobre hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad».

Según el jesuita, las palabras del Papa «no cambian las enseñanzas de la Iglesia, sino que las reafirman en la perspectiva del valor y de la dignidad de la sexualidad humana como expresión del amor y la responsabilidad».

Lombardi precisó que el Papa no justifica moralmente el ejercicio «desordenado» de la sexualidad y que sólo considera el uso de profiláctico para disminuir el riesgo del contagio del sida como una situación extrema».

Subrayó que numerosos teólogos morales y eclesiásticos ya han mantenido posturas análogas, pero que «es verdad que nunca antes» se habían escuchado «con tanta claridad en la boca de un Papa».