CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco se refirió hoy «al escándalo de diez años de conflicto» en Siria, cuya reconstrucción sigue siendo «rehén de lógicas partidistas» y de la «falta de decisiones valientes» tras una guerra que se ha cobrado cerca de medio millón de muertos, según los últimos datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
«El grito que se eleva desde Siria está siempre presente en el corazón de Dios, pero parece que no logra tocar el de los hombres que tienen en sus manos el destino de los pueblos», dijo el pontífice al recibir en audiencia a los participantes en la Asamblea anual de la Reunión de las Obras para la ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO).
«Queda el escándalo de diez años de conflicto, millones de desplazados internos y externos, las víctimas, la necesidad de una reconstrucción que sigue siendo todavía rehén de lógicas partidistas y de la falta de decisiones valientes para el bien de esa nación martirizada», añadió.
En su discurso, Francisco se refirió también al conflicto entre Israel y Palestina, «pueblos para los que siempre soñamos que en el cielo se extienda el arco de la paz», pero «demasiado a menudo, incluso recientemente, esos cielos son surcados por bombas que traen destrucción, muerte y miedo», señaló.
«A veces hay que reconstruir edificios y catedrales, incluso los destruidos por la guerra, pero ante todo hay que tener en el corazón las piedras vivas que están heridas y dispersas», aseguró en referencia a la situación en Tierra Santa y Siria, pero también en el Líbano, Irak, Etiopía, Armenia y Georgia.
Respecto a la situación en la región etíope de Tigray, en Etiopía, Francisco se mostró preocupado «sabiendo que su alcance abarca también a la vecina Eritrea. Más allá de las diferencias religiosas y confesionales, nos damos cuenta de lo esencial que es el mensaje» de fraternidad «cuando las diferencias étnicas y las consiguientes luchas por el poder se erigen en sistema».
Sobre «la región del Caúcaso», lamentó que «en los últimos meses haya sido herida una vez más», y sobre el encuentro que mantendrá el próximo 1 de julio con los responsables de las iglesias cristianas del país para «apoyarlo en esta grave crisis».