ROMA, Italia.- Cuando concluye el cuarto mes del 2013, en el último domingo de abril, ha sido juramentado con su gabinete el Presidente del Consejo de Ministros del Gobierno Italiano, Enrico Letta, 46 años, izquierdista y comunista demo cristiano. Aunque a Usted pueda parecerle extraño – también católico de comunión y misa semanal (paradoja italiana).
El sábado Letta llegó manejando su vehículo al palacio del Quirinal para anunciarle al Presidente de la República el acuerdo entre las fuerzas políticas italianas mayoritarias. El Jefe del Estado dio su visto bueno al grupo de ministros seleccionados.
El Vicepremier es Angelino Alfano, 42 años, delfín del partido del ex-premier Berlusconi. Angelino fue Ministro de Justicia a los 37 años de edad. Además de vice premier, será también Ministro de Interior del nuevo Gobierno.
La mayoría del Gabinete es gente nueva desde el punto de vista de que representa un puente entre los dirigentes políticos tradicionales dominantes de la política italiana desde hace 20 años y las generaciones jóvenes.
De los 21 puestos ministeriales, 7 serán encabezados por mujeres. Una es la Ministro de Integración, de origen africano. Otra es Enma Bonino, Ministro de Relaciones Exteriores.
Un detalle es la fusión de las funciones Cultura y Turismo en un solo Ministerio.
El Presidente de la República, Giorgio Napolitano, previamente había sido reelecto por 7 años (Primera vez en la historia de Italia).
Lo que suceda es un caso para estudio y monitoreo en lo adelante. En la actual crisis ética, social y económica de Europa, este Cambio de Gobierno en Italia ha concitado esperanzas en el continente y el resto del mundo.
Se espera un Gobierno estable que relanzará la economía y será un nuevo modelo en Europa.
Por primera vez en Italia desde 1946 se produce un importante consenso político para sacar el país de una grave crisis coyuntural: Izquierda de origen en el Partido Comunista Italiano, principalmente la nueva generación de esta gran organización de masas que heredó el hoy llamado Partido Democrático (PD), unida con demócrata cristianos nuevos y neoconservadores del berlusconismo, PDL, y montismo.
Entre otros, por ahora han quedado desplazados Massimo D’Alema, Romano Prodi y Pier Luigi Bersani, ex-comunistas, y demócracristianos como Pier Ferdinando Cassini y otros dirigentes tradicionales de partidos diluidos. Entretanto, a la oposición van el Movimiento 5 Estrellas del humorista Beppe Grillo que pierde puntaje cada día en las encuestas, y el partido minoritario Libertad e Izquierda del dirigente Nikki Vendola definiéndose él mismo en público como «comunista, católico y homosexual» sin tapujos.
El cambio político que se ha producido en Italia es aire nuevo para 60 millones de italianos que esperan que su economía mejore luego de que acudieran en febrero pasado a votar para escoger su nuevo Parlamento integrado por una Cámara de Diputados de 630 miembros y un Senado de 315 asientos.
Ahora en mayo serán electos algunos síndicos en importantes ciudades italianas, como en Roma. En esta ciudad el pasado 13 de marzo el Conclave del Colegio Cardenalicio escogió al Obispo de Roma, quien se llama Francesco, y ha traído vientos nuevos a la Iglesia Católica.
Los italianos también tienen la esperanza de un Gobierno Renovado.