Estamos en rojo. De los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en reducción de la mortalidad materna nos quemamos. No logramos evitar de manera significativa que un centenar de mujeres mueran durante el embarazo, parto o post parto.
Gracias a un Congreso poco comprometido con la vida de las mujeres, el aborto continúa penalizado en República Dominicana. Más de una docena de mujeres jóvenes han muerto en lo que va de año por abortos inseguros, elevando las cifras de mortalidad materna.
Los ODM planeados en 1992 finalizan en este año 2015. A la República Dominicana no le fue tan mal en el cumplimiento de los mismos, de 48 metas trazadas cumplió 26. No logró reducir la mortalidad materna e infantil, ni la desnutrición crónica.
No alcanzamos a reducir la mortalidad infantil, sobre todo en la etapa de neonato, el primer mes de vida. Hay evidencias que demuestran como la mortalidad infantil aumenta cuando la madre es una adolescente. Si la madre es menor de 15 años la mortalidad infantil acrecienta más.
En nuestro país tenemos miles de niñas menores de 15 años embarazadas por violación, con la complicidad del silencio de todos y todas.
Quisqueya tampoco logró reducir la desnutrición crónica, otro de los ODM. Los más afectados por este tipo de desnutrición son los niños y niñas menores de cinco años y las niñas embarazadas, según refirió el representantes de las Naciones Unidas (ONU).
Alcanzar los ODM requiere de un compromiso de todos y todas, de un compromiso de nación. A pesar de los logros alcanzados en temas de equidad de género, el cuidado de la familia descansa en los hombros de las mujeres. No podemos permitir que el futuro de nuestro país se geste en el vientre de una adolescente.
Asegurar la salud de las mujeres implica el ejercicio del derecho a la vida, a la vida de las mujeres. Ninguna mujer debe morir intentado ser madre o por falta de acceso a salud sexual y reproductiva. Cuando la madre es una mujer mayor de 20 años la desnutrición y mortalidad infantil se reduce.
A pesar de la evidencia, reducir la mortalidad materna y el embarazo adolescente es prioridad del Ministerio de Salud (MSP), y es a la vez su tendón de Aquiles. Sí las mujeres reciben educación y posponen la maternidad pueden ofrecer mejores cuidados a sus hijos e hijas, haciendo disminuir la tasa de mortalidad infantil.
Si no reducimos el embarazo en adolescentes y no aseguramos el acceso a la salud de la mitad de la población, es una quimera cumplir los ODM. Hagamos un pacto para asegurar la vida de las mujeres adultas y a las mujeres en ciernes. ¡Reacciona!