COLOMBIA.- No hubo aprendices, turistas ni aventureros desafiando miedos. En San Félix, un pueblo de vientos favorables para el parapentismo, el cielo se pintó este martes de colores por una razón diferente: lanzar un grito de resistencia, paz y libertad, en medio de las movilizaciones sociales que vive Colombia desde hace 14 días.
No fue un vuelo cualquiera. Deportistas, instructores y aficionados sacaron sus parapentes y se ubicaron en la montaña más alta del municipio de Bello, en el departamento de Antioquia (noroeste), para dar una nueva dimensión a la protesta con una «marcha aérea», que apareció como un bálsamo en medio de las tensiones y jornadas violentas.
«¿Y cómo están los revolucionarios del aire?», expresó a modo de broma uno de los asistentes, en la antesala de algunos shows de acrobacia, que avivaron un encuentro cargado de hermandad y simbolismo.
Bienvenidos al cielo
Antes de desprender los pies del suelo, cada parapentista buscó la forma de comunicarse desde su sentir el propósito de esa movilización en el aire. Algunos gritaban frases como «no todo es guerra» o «hay que parar ya».
Otros grababan pequeños clips con sus celulares y cámaras, luciendo camisetas del seleccionado nacional de fútbol mientras abrían de algún modo sus alas e instaban a sus compañeros a moverse al ritmo de los vientos.
«Vamos a volar; bienvenidos todos al cielo», dijo un espontáneo antes de emprender vuelo.
En el firmamento revolotearon banderas colombianas atadas a los arneses de pilotos expertos, que entre acrobacias y arriesgados números enviaron diversos mensajes, incluso a la comunidad internacional.
El «#SOSColombia» que ha inundado las calles del país y las redes sociales también apareció en el cielo para alertar por la situación de derechos humanos y los excesos de la fuerza pública, ya denunciados por algunas ONG, como Temblores, que cifran en 40 el número de víctimas mortales por presuntos ataques de la Policía.
«Necesitamos que todo el mundo se dé cuenta. Necesitamos ayuda internacional en Colombia porque la fuerza pública quiere dispararle a los civiles», dijo a Efe Camilo Gómez, un piloto experto que incluso integró el equipo colombiano que fue tercero en el Campeonato Mundial de Parapente, en la modalidad de precisión, realizado en Serbia en 2019.
El joven deportista, que además es instructor y vive del turismo de aventura en San Félix, indicó que sobrevoló Medellín y sus alrededores junto a sus compañeros porque quieren «apoyar al país» y están «realmente tristes» con los hechos violentos que han empañado al paro nacional.
«Yo he ido a otros países a representar a Colombia y es muy gratificante traer honores y ganar», comentó Gómez y agregó que a través de los vuelos claman por «ser un país libre otra vez, sin tanta atadura por el Gobierno».
Unirse como pueblo
Por momentos, más de 20 pilotos lograban agruparse para asemejarse a los movimientos que se han visto en las calles colombianas desde el inicio de las protestas, en un colorido ejercicio ensalzado también con algunas bengalas atadas a los pies.
Esa danza de parapentes que surcó los cielos y tuvo en su banda sonora canciones como ‘El baile de los que sobran’, de la banda chilena Los Prisioneros, fue reforzada por expresiones artísticas en tierra con malabaristas que escupían fuego por la boca, interpretaciones de músicos del género urbano y algo de pintura.
«Nos unimos el arte, el deporte y la cultura para mostrar un mensaje de paz y amor que queremos transmitir a Colombia. Ver todo este derramamiento de sangre nos preocupa», expresó a Efe Miller Gaviria, uno de los organizadores de la actividad.
Relató que le surgió la idea de reunir a los pilotos de San Félix en una «marcha pacífica en el aire» para poner distancia con la violencia e invitar al país a unirse como pueblo.
Destacó que en ese ejercicio «liberador», que matizó la dureza de las protestas, contó con la participación de jóvenes que han sido ejemplo en sus barriadas porque el deporte «los sacó de la violencia».
«A algunos, si no hubieran conocido el parapente, los hubiéramos perdido en las calles de Bello», señaló Gaviria, productor de la cinta «Tocando el cielo», una historia ambientada en Medellín sobre cómo el parapente puede ser una gran herramienta de motivación, con la que participó en 2020 en el Festival Internacional del Cine del Aire (Cinema FIA).
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