SANTO DOMINGO. – Paula Santa era una joven de 23 años de edad, quien soñaba con ser azafata, le faltaba menos de un año para culminar los estudios, en la escuela Inter Aviation Services (Iasca). Había decido estudiar esta carrera con el propósito de sacar a su madre y hermanos adelante.
Trabajaba en la empresa de Zona Franca Integer Holdings, en el área de dispositivos médicos para pacientes cardíacos para poder pagar esos estudios.
Cuentan sus familiares que el sueño más grande de Santana era abordar a un avión y viajar por todas partes de mundo.
Familiares y allegados dijeron que la determinación y entrega de Paula hacía que los demás la vieran como un ejemplo a seguir.
La joven, a pesar de contar con pocos recursos, nunca consideró la idea abandonar sus estudios ni renunciar a su sueño de ser azafata para poder sacar adelante a su familia.