Por: Kharla Pimentel
SANTO DOMINGO.- “Eso está cada día más abierto”, dijo Roberto Pérez apuntando con el dedo hacía una de las juntas del elevado que conecta las avenidas Winston Churchill con John F. Kennedy en la ciudad capital.
La conexión de dos tramos del elevado que se dirige hacia la avenida Kennedy genera temor entre peatones y choferes, “Nadie lo ha venido a ver nunca”, añadió Pérez quien tiene más de 30 años dando servicio de transporte en una parada de carros públicos justo debajo de la infraestructura.
Construcción que en dichos empalmes ha sufrido agrietamientos visibles por el paso y el peso de los años que le preceden, y que se observan al solo levantar la mirada al cielo, según expertos.
Y así lo corroboró el ingeniero estructuralista y diseñador del elevado, Reginal García, quien criticó que la falta de mantenimiento del elevado más antiguo de la ciudad lo está llevando a su deterioro inminente.
“Le han dado poco mantenimiento porque ustedes saben que el Estado no da mantenimiento”, expresó, a la vez que destacó que el elevado ha cumplido con su trabajo durante 23 años de construcción pero que el Estado ha incumplido con su cuidado.
García, quien diseño además el elevado ubicado en la intercesión de la Kennedy con Lincoln y los puentes peatonales de la Avenida Máximo Gómez con John F Kennedy y 27 de Febrero, reprochó su abandono “esos puentes hay que pintarlos, hay que arreglarlos, son esculturas en la ciudad”.
Asimismo englobó dicha situación como algo común, el también ingeniero estructuralista Leonardo Reyes. “Si le hubiesen dado mantenimiento a eso, no se viera así”, indicó.
Reyes, quien es el director de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (ONESVIE), entidad encargada de la preservación del patrimonio de las edificaciones públicas, agregó que el transcurso de los años también impacta negativamente la instalación vial.
“Alguna deformación debe haber, además los cambios violentos de temperatura y eso hacen que las piezas que están allí se alarguen, se acorte, se dilaten y esas cosas van a influir en que se vean esas grietas o esas marcas en las uniones de diferentes tramos entre columna y columna porque no están pegadas”, explicó.
Junto a García comparten que ha habido un desgaste tras dos décadas de su diseño y construcción, que se visibiliza con su descuido.
“Pero, ¿nosotros no nos desgatamos, el humano? nosotros nacemos, nos desarrollamos y nos morimos. Un lápiz, un cuaderno, todo, todo lleva esa ley y el mantenimiento retrasa que sea notorio a lo largo de los años”, asintió García.
En tanto, Reyes dijo que el acomodamiento de los ligamentos del elevado pueden llevar a provocar grandes cambios. “Las estructuras son seres vivos, los edificios son seres vivos, ellos se van acomodando según el tráfico en el caso de este elevado y definitivamente no es igual el día que se estrenó hace 23 años de uso”.
Dos décadas y contando
El diseño que, según García, cambió la estructura de los elevados y puentes en el país, trajo consigo la construcción de una infraestructura de peso ligero con un sostén de columnas con 12 metros de alto y un diámetro de 1.20 metros a diferencia de otros en el país.
Veintitrés años hace de su construcción, siendo el primer elevado en la ciudad y de diseño futurista en el año 1998 durante el mandato del ex presidente de la República, Leonel Fernández.
“Para mí fue un reto ese puente, debido a que fue el primero que ese hizo en Santo Domingo y con esas dimensiones tan ligeras”, expresó al tiempo que relató que allí se utilizaron materiales más baratos para un mejor comportamiento de la estructura, así como un menor peso lo que se concentra en menor carga para sus columnas.
Por otro lado, el director de Onesvie resaltó que en otra época se hubiese hecho un diseño más robusto y de menor calidad, refiriéndose a las juntas que se visualizan en el elevado debido a que son bloques separados que tuvieron que ser conectados entre sí.
“Si hubiese sido quizás en esta época el mismo diseñador hubiera optado por hacer una capa de rodadura que tuviese continuidad, que estuviese integrada y no se hubiese visto eso, lo que pasa es que cada cosa a su tiempo”, agregó.
Asimismo indicó que en la actualidad las infraestructuras son distintas porque con el tiempo se aprenden otros mecanismos y este fue el primer elevado del país.
¿Peligro ante un sismo?
Ante un posible desmoronamiento tras un movimiento telúrico de importancia en el país, García destacó que en Santo Domingo no ha presentado un estudio que indique que pudiera ser un epicentro de este tipo de fenómeno natural pero tampoco negó que si fuese el caso dicho elevado no podría verse afectado.
“Hablan mucho de peligro sísmico pero por lo menos en Santo Domingo ni la Romana, San Pedro de Macorís ni San Cristóbal nunca ha habido un sismo destructivo. La campana de la Catedral que está de 1536 apoyada en dos piedras, nunca se ha caído; entonces el peligro del país está en el Cibao donde se ha dañado Puerto Plata, dañado Monte Cristi y que son memorias de daños por terremotos”, recordó el diseñador del elevado.
El conocido ingeniero que ha escrito cinco libros sobre infraestructuras dijo que la fuerza de sus columnas son las adecuadas para el peso que requiere el elevado, no camiones ni patanas, pero el peso de la falta de atención de las autoridades cambia el panorama de la vida del mismo.