El jueves 5 de Febrero de 1998 (José Francisco Peña Gómez) me dedica su libro “Gestión Municipal” en un encuentro amistoso que sostuvimos en su casa campestre de San Cristóbal.
En 1998, diez y seis años después, el líder del Partido Revolucionario Dominicano era candidato a Síndico nuevamente, y las masas populares recordaban que había realizado una de las mejores gestiones municipales de la historia de la capital del país, del 16 de agosto de 1982 al 16 de agosto de 1986.
En 1998 una amenaza de división del PRD en el Distrito Nacional le obligaba a postularse de nuevo a Síndico después que había sido candidato a la Presidencia de la República Dominicana dos veces: en 1994 y 1996.
Un mes antes de su fallecimiento el 10 de mayo 1998, volvimos a reunirnos en su casa campestre de Cambita.
El amigo Peña Gómez llamó a uno de sus asistentes y le dio instrucciones para que leyera y yo le diera mi opinión sobre una declaración que tenía en un borrador anunciando que no se realizaría un acuerdo negociado ó hablado con el líder del Partido Reformista Joaquín Balaguer para apoyarse mutuamente ambos partidos (PRD y Reformista) en las elecciones municipales del 16 de mayo de 1998.
Peña no guardaba rencor. Era una persona noble. Perdonaba y era generoso. Balaguer era un político de mucha experiencia.
Además, Peña había aprendido que en política no existen enemigos, y estaba en contacto por intermediarios con el expresidente Balaguer. Hubo casi un acuerdo para las elecciones municipales de 1998, si bien de seguro el PRD, como en efecto ocurrió, ganaría después con Johnny Ventura como candidato que era ya de Vice Síndico con Peña de Síndico.
Peña en esta última conversación me dijo evidentemente compungido que tuvo que postularse de nuevo a Síndico debido a que tres aspirantes al puesto amenazaban con dividir al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y también se lamentaba de no haber sido electo presidente del país en 1996.
Peña y yo siempre fuimos amigos.
Le agradezco el respeto mutuo, a pesar de que en 1973 él y Juan Bosch -mi maestro- se hicieron irreconciliables, y yo pasé a respaldar al Partido de Juan Bosch.
En 1971 Peña y yo participamos en los Estados Unidos por instrucciones del maestro y líder Juan Bosch en la campaña internacional contra La Banda y en la lucha para que el Gobierno de Joaquin Balaguer respetara los derechos humanos y cumpliera con la Constitución y las leyes de la República Dominicana.
En nuestra última conversación le recordé a Peña que en una reunión que sostuvimos antes de que en 1970 se fuera a realizar estudios en Paris yo le dije delante de varios amigos que había que apoyar al profesor Bosch en su esfuerzo por hacer del PRD un partido disciplinado y organizado.
Aquel último día de 1998 que conversamos Peña Gómez recordó el daño del desorden que arropaba al PRD y le hice ver que su error histórico fue separarse de Juan Bosch.
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