Como curiosidad propia de la investigación científica podría apreciarse la presencia de los profesionales de la medicina en el mundo editorial dominicano con obras en géneros tan disímiles como novela, ensayo, poesía, artículos, teatro y memorias, con lo que siguen a galenos de otras generaciones, entre ellos Francisco Moscoso Puello, Evangelina Rodríguez, Heriberto Pieter, Juan Isidro Jiménez Grullón y Antonio Zaglul, sumándose a los actuales César Mella, Anulfo Mateo Pérez e Iván Feris Iglesias, por solo mencionar a los más prolíficos.
Por esa línea va el doctor Sergio Edmundo Mena Almonte, autor de Peripecias y coraje, compuesto por siete relatos con sabor, color, musicalidad, fragancia y palpitación de pueblo, hasta el punto que puede afirmarse que cualquier lector se consideraría protagonista y espectador de sus historias.
Las piezas Ana Jacinta, El Susto, La Providencia, Bienvenido a Vocea Jondo, Ñosa, Peripecias de Mélida y Un Juan cualquiera revelan a dominicanas y dominicanos en lucha heroica contra las adversidades en la sociedad del “sálvese quien pueda”, donde “por acierto o error” se llega a la salvación o la muerte.
Tal vez la ausencia de artificios y el esfuerzo del autor por describir esas vidas azarosas sin más adorno que la propia inventiva de su cotidianidad el mayor logro de Mena en esta primera entrega, con un estilo que parece influenciado por el Juan Rulfo de Pedro Páramo y El Llano en Llamas.
Como en una guía de lectura, la prologuista Carmen Delia Ulloa García destaca que Mena “relata genialmente la vida cotidiana de personas que enfrentan situaciones precarias y hacen sacrificios para superarse”.
El lector se preguntaría, ¿qué dominicano no conoce a un Juan cualquiera, a una Mélida o una Ana Jacinta?, marcados por el sufrimiento y una soledad como la que vivieron los habitantes del Macondo de García Márquez.
Comunicadores, sociólogos y psicólogos sociales podrían hallar ejemplos en los retratos humanos de Peripecias y Coraje.