No es de extrañar que en diferentes países del mundo, donde se practican distintos credos religiosos, los cuales no toman en cuenta a Jesucristo, al cual rechazan como el unigénito Hijo de Dios y como el verdadero Mesías, cuya misión fue venir, a este planeta, para buscar y a salvar a los pecadores, y que ahora sus seguidores sean perseguidos y asesinados, como producto de la imperante “cristianofobia”.
Eso no nos sorprende, porque no es nada nuevo, ya que desde los tiempos apostólicos, los cristianos fueron perseguidos y en muchos casos asesinados en Jerusalén, no solo por los fariseos, saduceos y judíos ortodoxos y fanáticos religiosos, sino también durante mandatos de emperadores crueles, cuando el Imperio Romano dominaba el mundo conocido. Lo mismo ocurrió durante la Inquisición religiosa y en la mayoría de los países musulmanes, cuyo credo es el Islam, y así como en Asia, donde imperan el budismo y el hinduismo.
Jesús, durante su ministerio aquí en la tierra, hace más de dos mil años, dijo que: “Cuando oigáis de estas guerras y revueltas, no os alarméis, porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente”, Lucas 21:9.
Hoy vemos que esa cristianofobia se produce en Asia, África y en Europa, con un terrorismo sin tapujos contra los cristianos y su civilización, como lo señala en su artículo Grimaldi Céspedes, embajador dominicano en el Vaticano. Y cita los casos que se produjeron en Paquistán, en Nigeria, en París y en Bruselas. Casos más notables, sin que olvidemos las monjas asesinadas en Yemén semanas atrás y que debemos estar con ojos abiertos, apuntó.
¿Por qué nosotros debemos estar con ojos abiertos? Simple y llanamente, porque en este país tenemos un pueblo cristiano numeroso y no ignoramos las maquinaciones del enemigo de las almas, “porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que no es extraño que también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”, 2 Corintios 11:14-15.
Aquí tenemos a personas que propician un “terrorismo moral” con la legalización del aborto, del matrimonio de parejas del mismo sexo, la adopción de niños por esas parejas, prohibir la lectura de la Biblia en escuelas y colegios, así como otras aberraciones que conspiran contra la cultura, costumbres y la Constitución de nuestro país. Estos son los que se disfrazan de “ministros de justicia”. En caso de que esto ocurra, los cristianos que no estén de acuerdo con su agenda, no hay dudas, de que la pasaremos mal, porque ese es un terrorismo que conduce a la muerte espiritual. No creo que traten de identificarse con el Estado Islámico, pero uno no sabe qué pasaría en nuestro país y con los cristianos que no estén de acuerdo con su agenda aberrantemente pecaminosa.
Y añade que el cristianismo ha sido un desdén para sus ideólogos, propiciadores de la cristianofobia. La ironía de la historia es que muchos ex marxistas y anarquistas coinciden con ellos en muchos aspectos. Mientras sacaban de las escuelas los crucifijos para borrar los ejemplos cristianos, y creaban tremendas confusiones en las masas nuevas que surgieron, inyectadas de facilismo y nihilismo, afirmó que de este modo se preparó el terreno fértil para la acción terrorista amenazante que ahora mismo arropa en pánico a Europa y otros lugares de la tierra.
Hoy por hoy, que ha surgido con saña y fuerza la persecución de los cristianos, fuimos advertidos por nuestro Dios y Salvador Jesucristo, que eso ocurriría, cuando dijo: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo. Sin embargo, debido a que no son del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece …. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros … porque no conocen al que me envió. “ Juan 15:19-21.
De acuerdo a la Biblia, la Palabra de Dios, estas señales nos indican que Cristo viene pronto a levantar a su Iglesia, integrada por los cristianos fieles, nacidos de nuevo, y al respecto el apóstol Pablo expresa: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor; que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces los muertos en Cristo resucitarán primero”.
En cuanto al tiempo del advenimiento de Cristo y el levantamiento de su Iglesia, dice el Canon Sagrado, que “el Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”, 2 Pedro 3:9-10. Por eso Satanás apresura ahora sus ataques a los cristianos porque sabe que le queda poco tiempo, porque cuando Cristo venga será lanzado al lago de fuego y azufre junto con sus demonios y a todos los que lo siguen.
Muchas bendiciones.