SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La conciliación es una palabra hermosa; constituye en sí misma, tanto en su semántica como en el acto humano que entraña, una acción digna de apoyo para evitar conflictos agravados en las relaciones interpersonales, pero en ciertas circunstancias tiende a sentar un precedente negativo en términos morales.
Esto es precisamente lo que ha ocurrido con el incidente en que una fiscal se vio envuelta frente a un agente de Amet que la detuvo por la violación a la ley de tránsito al estacionar su vehículo en una acera, que debe estar libre y reservada al paso de transeúntes.
La fiscal acusó al agente de una supuesta agresión, a pesar de que en dos videos, uno de ellos tomados por el propio agente, no permite apreciar o certificar tal hecho, sino el momento en que ella rueda al suelo luego de que presumiblemente se abalanzara sobre el celular que don policía de tránsito utilizaba para hacer la grabación.
Sin mayores evidencias verificables y tras la imputación, la justicia actuó con la celeridad que no se observa en otros casos graves, inmediatamente se dictó prisión como medida de coerción al agente, mientras aquí en ocasiones solo se aplica garantía económica en casos relacionados con escándalos de corrupción.
Memes y sátiras que circulan en las redes sociales ante este incidente demuestran que la gente ha tomado a relajo este espectáculo de mal gusto.
De esta forma se pierde de vista que en este caso la conciliación sienta un mal precedente porque de ahora en adelante cualquier agente de Amet se cuidará de parar o poner una infracción, dependiendo de la jerarquía del violador de la ley de tránsito.
Fuera de la multa, que es lo que estipula la ley en el tipo de falta en que incurrió la fiscal, en un país con verdaderas instituciones y apego a principios morales y de respetabilidad personal, ella debió de renunciar o ser separada de esa función.
¿Qué credibilidad o confianza puede tener frente a los ciudadanos una funcionaria del estamento judicial que incurre en semejante violación y que luego trata de prevalerse de su condición para que no le fuera levantado el reporte correspondiente?
Los agentes de Amet tienen que actuar con corrección, sin excesos y abusos, pero también todos los automovilistas deben ser respetuosos de la ley sin importar su posición. De lo contrario estaremos regidos por la ley de la selva y la institucionalidad quedará reducida a una palabra infuncional y en total desuso.
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