SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La frecuencia con que se detectan hechos ilegales y bochornosos y la forma en que persisten y se quedan en muchos casos impunes, explica lo difícil que resulta luchar en el país contra la corrupción, el dolo y el tráfico de influencia.
Pese a ser denunciados con evidencias que no dejan lugar a dudas, extrañamente las autoridades tardan en toman medidas, porque al parecer tienen otras prioridades, entre las cuales no figura la lucha contra este flagelo.
Esta inexplicable negligencia se pone de manifiesto con las bancas de lotería que continúan operando ilegalmente, ante los ojos indiferentes y sospechosos de fiscalizadores del Ministerio de Hacienda.
Aunque en la Dirección de Casinos y Juegos de Azar del ministerio de Hacienda admitieron que varios inspectores han sido suspendidos para fines de investigación, se desconoce el número de empleados y el alcance que tendrá la indagatoria.
En un video encubierto, grabado por un dueño de una banca, se observa a este desembolsando dinero a cambio de la devolución de un CPU, teclado, monitor y otros equipos incautados en una de sus 25 bancas ilegales, y al final un amigable apretón de manos con el hombre que dice es un fiscalizador de Hacienda,
Esta operación mafiosa se aprovechan de la ilegalidad que tiene la obligación de combatir, ya que La ley 139-11 establece en su artículo ocho, que “el Estado durante un período de diez años no autorizará la instalación de nuevas bancas de apuestas en deportes ni de lotería”.
Además, testimonios y documentación en manos del Informe ponen en tela de juicio el recto comportamiento que están supuestos a seguir quienes actúan a nombre de Hacienda.
¿Esta insólita mezcla de dejadez, irresponsabilidad y acciones presuntamente de complicidad tienen que tener consecuencias legales en los tribunales, por lo que no pueden quedar reducidas a simples suspensiones o cancelaciones?