SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La tragedia que ha estremecido a toda una barriada en Los Guandules con la muerte de un joven a causa de un disparo durante un supuesto juego entre compadres, viene a subrayar penosamente el grave peligro de las armas de fuego en poder de la población civil.
Si se trató o no de un accidente es algo que deberán establecer las investigaciones que realicen las autoridades, pero el hecho cierto e irrecuperable es que la manipulación de una pistola provocó de la pérdida de una vida y sumido en el dolor a dos familias que tenían cercanos vínculos afectivos.
El autor del disparo mortal, que se entregó a la Policía a través de SIN, hace un dramático relato de cómo ocurrió el hecho mientras compartía lo que él sostiene era solo un juego entretenido con un compadre entrañable, una versión que está sujeta a lo que digan los familiares de la víctima.
Una secuencia de fotos tomadas con un celular los muestran ciertamente a ambos disfrutando de la manipulación del arma, incluso el que resultaría fatalmente impactado aparece apuntándose a la sien. Corresponderá a los investigadores examinarlas, recopilar los diferentes testimonios y preparar un expediente que tendrá que ventilarse en la justicia.
Independientemente de las circunstancias reales previas a la tragedia, este hecho debe contribuir a una reflexión serena y profunda sobre la necesidad de controlar de forma efectiva el porte y tenencia de armas y que se logre, además de leyes, un estado de conciencia preventiva a través de la prudencia y el buen juicio de los ciudadanos.