Redacción.- Cincuenta y seis años después del horrendo asesinato de las hermanas Mirabal por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras, estas valientes luchadoras son un símbolo de la lucha contra la opresión y la violencia de género.
Desde 1981, el martirio que terminó con sus vidas se ha convertido en un estandarte global con la proclamación del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en honor a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, asesinadas el 25 de noviembre de 1960, en un hecho que aún conmueve la conciencia nacional.
Las Naciones Unidas, que se unió a esta fecha reivindicativa, invita a combatir sin descanso ni tregua en las casas, en la calle, en el espacio de trabajo y en todos los escenarios la violencia contra las mujeres, la cual define como una pandemia mundial de consecuencias nefastas.
El crimen de las hermanas Mirabal, conocidas como “las mariposas”, fue uno de los detonantes de la caída de Trujillo, cuyos sanguinarios esbirros las mataron a golpes y las colocaron dentro del vehículo para simular un accidente.
María Teresa, una de estas tres mártires y la más activa de las mariposas, dijo ante las amenazas inminentes contra ella y sus dos hermanas:
«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte», un ejemplo de valentía, entereza e integridad que constituye un legado imperecedero para las nuevas generaciones de mujeres en República Dominicana y todo el hemisferio.
Las cifras sobre la violencia contra la mujer son estremecedoras. Una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física, sexual o sicológica en todo el mundo por parte de sus parejas o exparejas.
Estamos ante un flagelo que debe ser enfrentado con firmeza para frenar la violencia machista que ha causado tantos feminicidios y que ha sumido en el dolor, el sufrimiento y la impotencia a muchas familias y dejado en la orfandad a muchos niños.
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