Gas Lacrimógeno
El Cairo.- Una ONG egipcia instó este martes a EE.UU. y a la Unión Europea a no exportar armas antidisturbios, como gas lacrimógeno y balas de goma, a las dictaduras árabes, porque seguir con esta venta implica que su apoyo a las protestas es «falso».
En un comunicado, la Red Árabe para la Información de Derechos Humanos aseguró que «estas herramientas continúan siendo utilizadas por los represivos dirigentes árabes para hacer frente a las protestas pacíficas que piden cambio y democracia» en la zona.
La ONG insistió en que con estas armas antidisturbios, muchas de ellas importadas de EEUU y de países de la Unión Europea, se ha matado y herido a «miles de manifestantes pacíficos en Egipto, Túnez, Libia, Baréin, Yemen, Argelia, Omán y otros países árabes».
«Continuar exportando estas armas a algunos gobiernos árabes, a pesar de que los gobiernos occidentales están seguros de que estos regímenes son opresivos y autoritarios, significa que el apoyo de los gobiernos occidentales a estas revoluciones es vacío y falso», subraya la nota.
Según la ONG, «EEUU y la UE no pueden continuar ignorando el deseo de la población y poner por delante el beneficio a los principios y los valores».
La Red Árabe para la Información de Derechos Humanos denunció que muchas de las armas antidisturbios usadas contra los manifestantes en el mundo árabe estaban fabricadas en EEUU o en países como Francia, Italia y Reino Unido.
«Ningún gobierno libre y democrático podría alegar que esas armas letales serían usadas de forma racional y legal en cualquier estado dictatorial», señala el texto.
Además, la organización pro derechos humanos afirmó tener información de fuentes oficiales saudíes de que un cargamento de armas antidisturbios había llegado a Arabia Saudí.
La ONG se pregunta: «¿creéis que el gobierno saudí cuyas prácticas fueron aceptadas en silencio durante mucho tiempo es un gobierno democrático?. ¿Es Gadafi -a pesar de todos sus crímenes-el único dictador que queda en el mundo árabe-?».
Por último, la Red Árabe advierte de que «la exportación por parte de los países occidentales de estas armas a las dictaduras árabes para matar, dispersar o aterrorizar a los manifestantes pacíficos en el mundo árabe creará un clima de odio hacia esos gobiernos».
