El domingo serán las primarias. Evento novedoso porque es la primera vez que se realizan primarias abiertas en el país; las utilizará solo el PLD. Toda persona registrada en el padrón electoral que no vaya a votar en las primarias o convenciones de otro partido tiene la opción de votar en las del PLD.
Veamos primero el panorama numérico. En el padrón electoral dominicano hay cerca de 7.5 millones de electores. Si el PRM tiene alrededor de 1.3 millones de inscritos en su padrón, y los demás partidos quizás sumen alrededor de 200 mil inscritos, unos 6 millones de electores podrían estar dispuestos a votar en las primarias del PLD (esto es asumiendo que los militantes de otros partidos no irán a las primarias del PLD).
Pero de esos hipotéticos 6 millones, ¿cuántos realmente irán a votar a las primarias del PLD? Para responder esta pregunta no hay indicador confiable porque no hay registro histórico de participación en primarias abiertas en este país. Esto dificulta también proyectar los resultados de encuestas; aunque, para proteger sus estimaciones, las encuestadoras solo entrevisten a quienes dicen tener intención de votar. Pero ojo: entre quienes dicen tener intención de votar y quienes votan hay una diferencia.
La experiencia de otros países indica que a lo sumo alrededor de un 30% de los electores acude a las primarias no obligatorias. Como a los dominicanos les gusta mucho votar, quizás por ahí ande la participación.
En este contexto, las encuestas bien hechas pueden mostrar a lo sumo una tendencia en las preferencias, y, mientras más grande sea la brecha entre los precandidatos principales, más indicativa será la encuesta de lo que sucederá en las primarias.
Hasta el día de hoy, con la diversidad ilógica de resultados de encuestas, y el sesgo de los votantes reales, no se puede proyectar con precisión los posibles ganadores.
El panorama político es, sin duda, de riesgos porque el PLD, partido principal, llega a las primarias con una profunda confrontación.
Por primera vez, Leonel Fernández aspira a ser candidato presidencial sin el apoyo mayoritario de la estructura del PLD. No cuenta con el apoyo de la mayoría del comité político ni del comité central, ni de los legisladores ni los alcaldes. Sin embargo, cuenta con el apoyo de partidos minoritarios que desde el año 2013 representan el principal foco de oposición al gobierno de Danilo Medina. Por estas razones es una carrera arriesgada.
El danilismo, después de pasar un tiempo esperando la postulación de Danilo Medina, tuvo que cambiar de estrategia y elegir al vapor a Gonzalo Castillo, que nunca había sido aspirante presidencial. Detrás quedaron los demás aspirantes, y el golpe ha sido particularmente duro para Reinaldo Pared Pérez, que, al ser secretario general del PLD pensó ser el heredero de la candidatura presidencial. Heridas hay y algunas siguen al rojo vivo, pero no hay tiempo para curarlas ahora. El danilismo va como caña pal´ingenio empujando a Gonzalo.
Gane quien gane las primarias, al PLD le esperan días difíciles.
Si gana Leonel Fernández, será una inmensa derrota para el danilismo y habrá que esperar varios meses para estimar cuánto apoyo dará el gobierno a su candidatura. La suposición es que lo apoyen bajo el lema de que es mejor estar arriba con presión que fuera con depresión. Pero el acomodamiento de fuerzas es complejo.
Si gana Gonzalo Castillo, el futuro político de Leonel Fernández en el PLD o fuera del PLD se torna extremadamente incierto.
Así pues, se aproxima la hora cero.