El viejo había cumplido 69 años, llevaba cinco de ellos dedicado a disciplinar la nueva organización, cuando estalló la peor crisis política para él y su proyecto.
En las recién transcurridas elecciones nacionales del 16 de mayo de 1978 parecía que acudimos a hacer el ridículo y éramos objeto de burlas de casi todo el mundo pues ni un regidor había obtenido el «grupito de locos viejos» que seguíamos creyendo en Juan Bosch.
En septiembre de 1978 renunciaron y abandonaron al Partido y a Juan Bosch numerosos simpatizantes, decenas de militantes y dirigentes del Comité Central de la categoría de Euclides Gutiérrez Félix, Franklyn Almeyda Rancier, Enmanuel Espinal, Antonio Abréu, Rafael Kasse Acta, Ramón Andrés Blanco Fernández y otros tantos.
Algunos poco a poco, con el pasar de los años, cuando el Partido de Juan Bosch demostró que tenía la razón, retornaron a la organización.
Desde entonces el Partido de Juan Bosch, el PLD, ha sufrido numerosas crisis, de todo tipo, y las ha superado porque es criatura legítima, con sus vicios, defectos y virtudes, del pueblo y la sociedad dominicana.
A pesar de los nuevos y graves percances que ha de afrontar y superar, la mayoría del Partido de la Liberación Dominicana es honesta.
Roma, domingo 4 de junio 2017