SANTO DOMINGO.- Tras el asesinato del presidente Jovenel Moise el pasado 7 de julio, la crisis política, social y económica en Haití ha empeorado, al punto que las bandas criminales parecen tener el control del país, causando desabastecimiento de combustible, sembrando pánico y propagando robos, asesinatos y secuestros indiscriminados.
A esto se suman los disturbios, escases de productos y la falta de servicios básicos, mientras, la República Dominicana observa en primera fila la desgracia de su vecino, al tiempo que blinda la frontera con 12 mil militares, drones y helicópteros, así como una serie de medidas que buscan poner candando a la ola migratoria haitiana.
Mientras la inspección es mayor para quienes se desplazan en vehículos, sobre todo aquellos que llevan mercancías a bordo. Y precisamente transportar carga hacía Haití, podría convertirse en el boleto de “un viaje sin retorno” para los camioneros dominicanos.
Por ejemplo, Wilson Rodríguez planificaba llevar su camión lleno de tapitas de refrescos hacía Haití y regresar en tres días. Cruzó la frontera el 22 de septiembre y a la fecha no ha podido regresar porque fue secuestrado.
Martiriza a la señora Vinda Sánchez, saber que la vida de su esposo está en manos de las bandas criminales haitianas,
El presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, explica que hay otros dos camioneros que fueron raptados del lado haitiano también en septiembre, pero después de Wilson.
Las llamadas para el pago del rescate se la han hecho directamente a la contratista del chófer.
Ricardo De Los Santos, presidente de la Federación Nacional de Transporte revela que cinco minutos, los verdugos volvieron a llamar, pero habían multiplicado el monto.
En ese momento, las negociaciones se rompieron, sin embargo, desde el cautiverio, Wilson, da alternativas para su rescate.
Menos de 100 dólares por viaje cobran los choferes que llevan cargas hacía Haití, donde el peligro siempre ha sido un desafío, pero antes las bandas iban tras la mercancía y el vehículo.
Iván García, presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes explicó en una entrevista del programa El Despertador, del Grupo SIN cómo han pagado entre 10 y 20 mil dólares.
Se trata de negociar por la vida del conductor. El trato se cierra a través de videollamadas, cuentan el dinero y sueltan la víctima. Aunque se han dado casos donde el desenlace ha sido fatal.
Según la Federación Dominicana de Comerciantes, aunque en la prensa se han reportado menos casos, la realidad es que en lo que va del año han sido secuestrados en Haití 49 choferes.
A salvo es como precisamente estos militares aspiran a mantener la zona fronteriza, parece un campo de batalla donde se despliega el mercado binacional, lunes y viernes.
El General de Brigada e inspector general del Ejército de la República Dominicana, Ángel Camacho Ubiera, fue designado para mantener el cerco.
Apenas sería el preámbulo del Ministro de Interior y Policía, Jesús Vázquez, quien la semana pasada dio a conocer un conjunto de medidas para mantener la seguridad fronteriza.
Con armas largar en mano, los miembros del Cuerpo de Seguridad Fronteriza (Cesfront) y del Ejercito Nacional, solamente en la puerta de Dajabón y el resto del mercado binacional, hay un centenar de soldados.
Cuentan con puestos fijos con un perímetro de 300 a 400 metros de distancia, así como el patrullaje que refuerza la colocación de esos hombres, unos 10 por cada punto.
El general Camacho reveló que en lo que va del año a raíz del patrullaje se han detenido aproximadamente 80 mil indocumentados haitianos, posteriormente entregados a la Dirección Nacional de Migración.
La militarización en la frontera intimida a las bandas criminales haitianas, aseguran ciudadanos.
Mientras que del lado haitiano, la historia es otra. El líder de la principal banda armada de Haití, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, fusil al cuello y una pistola en el cinto, amenazó con un baño de sangre si el primer ministro, Ariel Henry, no renuncia.