Política interminable

La oposición con Luis Abinader a la cabeza en su condición de excandidato presidencial del PRM, tampoco se ha quedado atrás en cierta forma de proselitismo compartiendo encuentros con familias de escasos recursos económicos.

Si este país va de verdad a avanzar en términos institucionales para el fortalecimiento democrático, el progreso y desarrollo de la economía con énfasis en la inclusión social y la lucha contra la pobreza, no puede seguir todo el tiempo inmerso en campaña político-partidarista.

Después de las pasadas elecciones y de la frenética campaña electoral que le precedió, virtualmente no ha pasado una semana en que la política haya dejado de ser un tema dominante en la agenda nacional, por encima de muchos de los problemas que nos agobian y que ameritan mayor atención.

Aunque no es de extrañar porque ha sido una constante en años anteriores, la clase política ni siquiera se ha esforzado ahora en hacer una pose de ocasión, instando a una tregua con motivo de las navidades, donde el ambiente es propicio para la unidad fraterna y la reconciliación nacional.

Cuando apenas han transcurrido meses de la instalación del presidente Danilo Medina en su nuevo mandato hasta el 2020, ya han aflorado aprestos reeleccionistas con vallas y pronunciamientos, aunque el mandatario y su equipo más cercano de colaboradores no se han referido al tema.

Luego de haber permanecido un tanto retraido del quehacer político, el expresidente Leonel Fernández ha dado muestras de activismo, aprovechando ciertos escenarios e incluso ha remitido a los periodistas a que cualquier pregunta sobre reelección se la formulen al presidente Medina.

La oposición con Luis Abinader a la cabeza en su condición de excandidato presidencial del PRM, tampoco se ha quedado atrás en cierta forma de proselitismo compartiendo encuentros con familias de escasos recursos económicos.

El Partido Reformista Social Cristiano sigue adelante en una rebatiña interna que ni siquiera se ocupa de observar el sentimiento solidario y de respeto que reclama el período navideño. El PRD, por su parte, ha entrado al ruedo en la disputa por el control de la Liga Municipal Dominicana.

Mientras tanto, muy poco se ha hecho en el fortalecimiento institucional, ya que el 2016 concluirá sin una ley de partidos y una nueva ley electoral más moderna, en capacidad de fortalecer y garantizar procesos diáfanos y confiables.

Con este panorama, ¿qué podemos esperar para el 2017 o quizás para los próximos 4 años si seguimos inmersos en política partidaria, mientras la economía crece pero con uno de cada 3 dominicanos por debajo de la línea de pobreza y con un presupuesto sostenido con empréstitos?