Polvo del Sáhara cubre parte de España y deja un aire en extremo desfavorable

La capa de polvo del desierto norteafricano del Sáhara, ha dejado una estampa de cielos anaranjados, lluvia de barro.

REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Gran parte de España, incluida la zona centro, el norte peninsular y Baleares, ha despertado este martes con cielos amarillentos y bajo un notable manto de arenilla del desierto, que se había ido depositando durante la noche sobre todo tipo de superficies.

La causa es la fuerte cantidad de polvo en suspensión que arrastra la borrasca Celia, formada la tarde del domingo al suroeste de la Península y que el lunes ya dejó paisajes marcianos, teñidos de rojizo, en toda la costa del sureste peninsular.

La capa de polvo del desierto norteafricano del Sáhara, ha dejado una estampa de cielos anaranjados, lluvia de barro y un aire extremadamente desfavorable, que han puesto en alerta varias zonas del país, entre ellas Madrid.

 Aunque no es la primera vez que este fenómeno, conocido como «calima», se produce en España (de hecho es habitual en puntos de las islas Canarias), no se daba con esta intensidad desde hacía varias décadas, por lo que los expertos recomiendan hidratarse, cerrar ventanas, salir con mascarilla y limitar la actividad física al aire libre.

Si bien la llegada de polvo en suspensión comenzó el lunes en el sureste de España, donde el episodio es más intenso, se ha extendido a parte de la península Ibérica y al archipiélago mediterráneo de Baleares y ha dejado cielos oscurecidos -teñidos en muchos casos de un llamativo naranja rojizo- y notables capas de polvo en casas, aceras y automóviles.

La «calima» ha llegado también a Portugal y a zonas de Suiza, donde el blanco de las pistas de esquí contrasta con un cielo de un intenso color naranja. Y se espera que, en su avance hacia el norte, alcance Holanda e incluso el noroeste de Alemania.

En España, se prevé que el fenómeno meteorológico alcance su mayor incidencia mañana miércoles y se mantenga activo hasta el jueves, por lo que las precipitaciones podrán volver a ir acompañadas de barro.

En lugares donde las lluvias o nevadas arrastran el polvo hasta la superficie -lo que se conoce como «deposición húmeda del polvo»- este genera barro, hecho que, por ejemplo, se ha producido en una localidad de la sierra de Madrid, Cercedilla.

Además, esta particular situación favorecida por el viento cálido de origen africano en la borrasca «Celia», que afecta a la península Ibérica y las islas Baleares, ha elevado las temperaturas hasta los 20 grados o más en puntos del sureste de España, en pleno invierno, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Conforme a datos del Índice de Calidad del Aire en España (ICA), las provincias de Murcia, Alicante, Albacete y Almería (este y sureste de España) y las de Madrid, Guadalajara, Segovia, Ávila y Burgos (centro y centro-norte), entre otras, registran una situación «extremadamente desfavorable», lo que en algunos casos ha dificultado la visibilidad.

En la ciudad de Madrid, el Ayuntamiento ha activado un dispositivo especial para limpiar la suciedad que ha teñido de naranja aceras, vehículos y mobiliario urbano.

En Valencia (este de España), la borrasca y la lengua de polvo ha marcado los inicios de la celebración de la popular fiesta de las Fallas, pues las fuertes rachas de viento han dañado al menos dos de las imágenes y han obligado a retrasar hasta hoy el tradicional disparo pirotécnico, la denominada «mascletá».

Las implicaciones en la salud de respirar este aire con pequeñas partículas secas incluyen un incremento en la probabilidad de sufrir enfermedades respiratorias y cardiovasculares, alertan las autoridades sanitarias, que recomiendan a ancianos, niños y personas con patologías respiratorias vigilar los síntomas y tomar medidas como limpiar con un paño húmedo las superficies en el interior de las viviendas donde haya caído polvo.