Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
El amigo de lo ajeno siempre es amigo de lo ajeno. Siempre he dicho que el que capaz de robarse 0.25 centavo es capaz de robarse $1.000,000. 00 Lo que pasa es que no ha tenido chance hacerlo o que no se la ha presentado la oportunidad.
Hace un tiempo se mudó de un pueblo a otro un hombre joven. Al llegar a la parada el autobús se detuvo y el joven lo tomo. Al sentarse descubrió que el chofer le había dado 0.25 centavos de más. ¿Quién se va a dar cuenta de eso, es muy poca cantidad? Bah, olvídalo, no más son 0.25 centavos. Acéptalo como un regalo del Señor.
Cuando el llego al lugar donde tenía que aperase, pensándolo de nuevo decidió darle la moneda al conductor del autobús y le dijo:
Tome, usted me dio 0.25 centavos de más. El conductor, con una sonrisa, le respondió: Sé que usted es el nuevo Sacerdote del pueblo, y que está en la parroquia muy cerquita de aquí. Yo estaba pensado volver a la iglesia ver qué hacía usted si yo le daba cambio de más.
Se bajó el Sacerdote y pensó: ¡Oh Dios mío!, por poco te vendo por 0.25 centavos.
Mis amigos, aunque lo creas o no, vamos a hacer la diferencia.
Te voy a poner mi experiencia propia: Yo hace más o menos seis meses, fui al súper mercado Nacional, pague con un billete de cien. La joven cajera me dio cambio de un billete de mil pesos, cuando lo fui meter mi cartera me di cuenta que me había dado dinero de más. Ya estaba un poco retirado de la cajera y me devolví. Le dije a ella que yo le di un billete de a cien, y que me había devuelto el cambio de un billete de a mil. Ella me dijo que si yo estaba seguro, le dije que sí. Entonces ella me dijo: “Es la primera persona que hace eso en tres años que llevo trabajando aquí.
Le dije entonces que yo era cristiano Católico y practico, y le dije que mi conciencia no podría estar tranquila con ese dinero que yo me había ganado con el sudor de mi frente. Además ella tenía que pagarlo. Ella no era católica, era Evangélica, pero en ella pude hacer la diferencia.
Los dejo con esta lectura la 1 Carta a Timoteo, Capitulo 6, Versículo 10 que dice: “Esta comprobado que la raíz de todo mal es el amor al dinero”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.