Por fin, ¿la prensa se mira el ombligo?

Dados los bajos salarios en los medios, y que ese pluriempleo no es secreto, quizás son culpables de esta cuestionable situación los editores y propietarios que la permiten.

Juan Bolívar Díaz opinó que nuestro periodismo adolece de confusión ética pues muchos periodistas de medios son a la vez relacionistas del gobierno. Olivo de León, presidente del CDP, concurrió añadiendo que dichos periodistas se auto-censuran en perjuicio del público.

Dados los bajos salarios en los medios, y que ese pluriempleo no es secreto, quizás son culpables de esta cuestionable situación los editores y propietarios que la permiten.

Pero hay más y peor.

La situación no es sólo respecto del gobierno: notorios directores son propietarios de agencias de relaciones públicas, con clientela privada impresionante.

Además de los casos anteriores, estamos los periodistas de opinión que rendimos algún servicio público, en mi caso en un consejo directivo de una empresa estatal; pero ese vínculo es conocido y hay enorme diferencia deontológica entre un empleado de medios y un articulista u opinante.

Padecemos también el extendido lisio de periodistas con compromiso político sin interés pecuniario, otra manera de defraudar al público. Ojalá comience un debate serio sobre cómo daña la democracia el periodismo malo.