REDACCIÓN. – La expresión déjà vu que en francés significa “ya visto”, tiene que ver con la sensación de que una situación ya se ha vivido con anterioridad. Se trata de una condición mental que hace que creamos que ya hemos estado en esa misma situación, aunque, en realidad, sea totalmente nueva para nosotros.
En otras palabras, se trata de experimentar una familiaridad extraña con un lugar, un evento, una persona o incluso un sentimiento que, en realidad, nunca antes habíamos tenido en el pasado.
Casi todos los estudios coinciden en que la frecuencia de déjà vu disminuye con la edad y que el punto máximo con alrededor de 2,5 experiencias por año se alcanza en adultos jóvenes, de entre 20 y 24 años. Luego la asiduidad se reduce hasta convertirse en sucesos excepcionales.
“Una posible explicación podría basarse en la plasticidad del cerebro joven, que está más activo y en proceso de formar nuevas conexiones neuronales. Esto podría hacer que los jóvenes sean más susceptibles a las discrepancias en la percepción y el reconocimiento que conducen al déjà vu”, explicó en diálogo con Infobae Francisco Esteban Ruiz, profesor titular de Biología Celular de la Universidad de Jaén, España.
“Además hay que tener en cuenta que los jóvenes pueden estar más abiertos a compartir y discutir tales experiencias, mientras que los adultos mayores podríamos ser menos propensos a reportarlas”, agregó.
¿A quién no le pasó caminar por una ciudad que hasta entonces nunca había visitado y sentirse como en casa, como si conociera cada uno de sus rincones? ¿O cruzarse a una persona por primera vez y tener la sensación de que en el pasado compartieron múltiples momentos? ¿O sentirse invadido por una emoción nueva y reconocerla como familiar, como si fuera un sentimiento habitual?
En esos momentos nuestras mentes nos engañan. Las memorias parecen traicionarnos. El pasado y el presente se difuminan y abren un manto de duda. ¿Ya sucedió realmente lo que estoy viendo? Por más disparatado que suene, el déjà vu le ocurre a casi todos y aún se investiga en profundidad por qué es tan común.
“El déjà vu puede ser más común de lo que pensamos debido a la naturaleza altamente compleja e integrada de nuestros procesos cognitivos y la forma en que procesamos la memoria y la percepción. No es tanto que el cerebro nos juegue una mala pasada, sino que podría ser que esté constantemente tratando de dar sentido a lo que nos llega del mundo que nos rodea basándose en experiencias pasadas. El déjà vu podría ser un subproducto de este constante intento de asociar experiencias nuevas con recuerdos existentes, lo que a veces puede llevar a la sensación errónea de familiaridad”, advirtió Esteban Ruiz.
Por qué ocurre un déjà vu
Pese a que la investigación científica arrojó algunas pistas, aún no hay una verdadera respecto al origen del fenómeno. En un artículo que escribió en The Conversation, el experto español Francisco Esteban Ruiz enumeró seis teorías que podrían explicar por qué sucede un déjà vu en la mente humana.
“Todas las teorías se basan en investigaciones y observaciones científicas. La teoría de la desincronización neuronal y la teoría de los errores de reconocimiento son particularmente interesantes porque se apoyan en sólidas bases neurológicas y cognitivas. Sin embargo, es importante reconocer que el déjà vu puede no ser explicado por una única teoría, sino más bien por la interacción de varios procesos cognitivos y neuronales”, aclaró a Infobae.
Desincronización neuronal: los mensajes sensoriales llegan directamente a la memoria a largo plazo sin pasar por la estación de control de la memoria a corto plazo. Esto crea una sensación de familiaridad con la experiencia, ya que parece que se experimentó la situación antes. La desincronización puede darse por un desequilibrio temporal en la actividad neuronal.
Memoria fragmentada: aquí las nuevas experiencias pueden activar fragmentos de recuerdos pasados almacenados en la memoria. Cuando esos fragmentos coinciden con la situación presente, se genera una sensación de familiaridad, incluso si la experiencia en su totalidad es nueva, lo que puede llevar a la ilusión de haber vivido la situación antes.
Errores de reconocimiento: la teoría se centra en cómo el cerebro procesa y reconoce la información. Durante un episodio de déjà vu, el cerebro puede cometer un error al confundir lo nuevo con lo conocido, lo que lleva a la sensación de que la experiencia actual ya ocurrió antes.
Procesamiento paralelo: según esta hipótesis, ocurre un delay en el cerebro. El procesamiento de la información puede retrasarse un tiempo, lo que lleva al cerebro a percibir la información como familiar cuando finalmente se procesa. Esto en general ocurre cuando la mente trabaja en varias tareas a la vez.
Atención dividida: cuando la atención se reparte entre dos o más actividades, el procesamiento de la información puede ser menos eficiente, lo que lleva a la confusión sobre la familiaridad de una situación. Si una tarea no recibe suficiente atención consciente, el cerebro puede tener dificultades para recordar si la experiencia es nueva o familiar.
Conexiones neuronales: las conexiones entre diferentes regiones del cerebro pueden fortalecerse o debilitarse con el tiempo, lo que puede llevar a la activación inusual de redes de memoria durante ciertas situaciones. Cuando se activa una red de memoria de manera inesperada, el cerebro puede interpretar la experiencia como familiar a pesar de nunca haber sucedido.
De acuerdo a la naturaleza de la experiencia, existen tres tipos de déjà vu:
Déjà visité: es la sensación de ya haber estado en un lugar, en una ciudad o establecimiento, aunque en realidad es la primera vez que se visita.
Déjà vécu: es la sensación de ya haber vivido una situación, aunque en los hechos es la primera vez que ocurre. Suele suceder con personas que se ven por primera vez, pero reconocen una conexión particular como si ya hubieran coincidido en el pasado.
Chris Moulin, uno de los especialistas que más estudió el fenómeno, asegura que en el déjà vécu el reconocimiento es tan contundente que quien lo experimenta se comporta como si esas sensaciones fueran correctas, al margen de cuán plausible sea que la situación haya ocurrido antes.
Déjà senti: es la sensación de haber experimentado una emoción previamente, aunque sea la primera vez que se siente conscientemente. Por ejemplo, al presenciar un atardecer deslumbrante, es posible sentir una nostalgia profunda como si ya se hubiera experimentado ese momento antes.
La versión opuesta
El déjà vu tiene su versión opuesta. Se llama jamais vu (Nunca antes visto) y aplica el proceso inverso: en lugar de la sensación de familiaridad, aquí se presenta extrañeza, percepción de algo completamente nuevo cuando esa situación, en realidad, ya sucedió e incluso es recurrente. Se trata de un fenómeno psicológico misterioso que desafía la percepción de familiaridad de un individuo con su entorno.
Durante un episodio de jamais vu, el individuo puede tener dificultades para reconocer información que normalmente se consideraría conocida, lo que lleva a una sensación de distanciamiento de la realidad.
El fenómeno, al igual que el déjà vu, es motivo de discusión y diferencias en la comunidad científica que lo investiga. Si bien todavía no está claro cuál es su origen, la mayoría de los expertos sugiere que se asocia a fatiga, estrés o trastornos neurológicos y que surge a partir de un desequilibrio en las redes neuronales, que son las encargadas del reconocimiento.
Esos desequilibrios pueden llevar a que una persona se confunda, que sienta extraña una ruta que siempre toma hacia el trabajo, por caso, o que le parezca rara una palabra que leyó miles de veces.