REDACCIÓN.- Portugal mantiene este domingo el combate a varios incendios forestales en el norte y el centro del país, con ayuda de dos aviones enviados por España, y se prepara para entrar en riesgo máximo la próxima semana, cuando estará en estado de contingencia.
Con temperaturas de más de 40 grados, vientos fuertes, noches tropicales y tormentas secas, a lo que se suman los estragos de una sequía que asuela al país desde hace meses, los bomberos trabajan para intentar controlar las llamas en varios focos, algunos activos desde hace tres días, y sin previsión de que la situación mejore.
«Los factores naturales concurren hacia un riesgo máximo» para los próximos días, alertó este domingo el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en declaraciones a periodistas tras una reunión con Protección Civil para hacer balance de la situación.
El jefe del Estado avisó de que la situación actual ya es «grave», pero a partir del martes se prevé una fase todavía más extrema por el empeoramiento de las condiciones meteorológicas.
Desde esa jornada, la práctica totalidad del territorio continental portugués estará en riesgo elevado de incendio, insistió.
REFUERZO PREVENTIVO
Las previsiones han hecho saltar las alarmas en Portugal, que ha puesto en marcha un refuerzo de los equipos de prevención y combate e incluso declarará el estado de contingencia a partir de esta medianoche.
Esta medida, el tercer nivel de respuesta a catástrofes y que nunca se había utilizado para situaciones relacionadas con fuegos forestales, estará en vigor hasta el viernes y permitirá contratar hasta 100 equipos de refuerzo, con medio millar de bomberos.
Además, se ha activado el Mecanismo Europeo de Protección Civil, a través del cual España ha enviado dos aviones pesados anfibio, que se unieron a los 60 que ya combaten las llamas en Portugal.
Tanto Rebelo de Sousa como el primer ministro, António Costa, han cancelado los viajes que tenían previstos la próxima semana, a Nueva York y a Mozambique, respectivamente, para estar en territorio nacional.
«No es una exageración, hay un riesgo efectivo», afirmó el presidente.
RÉCORD DE INCENDIOS
El sábado se registró en el país el récord de incendios diarios en lo que va de año -125 hasta las 19.00 (hora local, 18:00 GMT)- y Protección Civil ya avisó de que la tendencia es de aumento día a día.
Este domingo, los bomberos mantienen el combate a las llamas en diferentes focos del norte y el centro del país, pero el fuego de Ourém, a unos 130 kilómetros al norte de Lisboa, es el que sigue concentrando más efectivos.
En Ourém, donde las llamas se desataron el jueves y ya afectan a tres municipios, trabajan casi 700 efectivos, ardieron varias viviendas y fue necesario realizar evacuaciones preventivas.
A unos 40 kilómetros al norte de Ourém arde el incendio de Pombal, que también se extiende por tres localidades desde que se desató el viernes, ha dañado edificaciones y reúne a unos 450 bomberos.
El incendio de Carrazeda de Ansiães (norte), que empezó el jueves, sigue activo, con dos centenares de bomberos que intentan controlar las llamas.
PEDRÓGÃO GRANDE EN LA MENTE
Ante tantas alertas, ha sido inevitable que en Portugal se recuerde estos días la tragedia de Pedrógão Grande, que dejó 66 muertos y 250 heridos en 2017.
El ministro de Administración Interna, José Luís Carneiro, avisó el sábado de que estos días se produce la «peor conjunción de factores» en términos de riesgo de incendio desde aquel gran fuego.
Aun así, Rebelo de Sousa defendió que, cinco años después, el país está mucho mejor preparado para hacer frente a una situación tan extrema.
«No hay comparación», aseguró el presidente, que refirió que las estructuras de información que tiene Portugal ahora son «más sofisticadas, envuelven a más entidades y hay una mayor coordinación».