REDACCIÓN INTERNACIONAL.– La preeclampsia es una patología que genera complicaciones en el parto y una de las principales causas de muerte materna. Es una enfermedad que afecta al 2-3 % de los embarazos y es una de las complicaciones más graves durante la gestación pues afecta a las arterias de la madre que suministran sangre a la placenta del bebé
Si la placenta no obtiene la cantidad suficiente de sangre, el bebé puede recibir un nivel inadecuado de sangre y oxígeno, y menos nutrientes. Además, la preeclampsia aumenta el peligro de desprendimiento de la placenta.
Esto genera riesgos también para el bebé, como pueden ser los problemas de crecimiento, la prematuridad e incluso la muerte fetal.
Además, la preeclampsia constituye una de las principales causas de muerte materna durante el embarazo y sus efectos pueden persistir tras el nacimiento, con un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares de las mujeres que la padecen.
Por ello, un estudio multicéntrico, liderado por el servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Torrejón, perteneciente a la red pública de la Comunidad de Madrid, y la Fundación iMaterna, ha validado los principales métodos de cribado de preeclampsia en la población española, con el fin de instaurar un tratamiento preventivo en población de alto riesgo y evitar así su aparición.
De lo más interesante de este estudio, es observar que en mujeres de alto riesgo, la toma de aspirina en bajas dosis es un tratamiento seguro durante el embarazo y ha demostrado disminuir la incidencia de la enfermedad en los ensayos clínicos.
En una entrevista con EFE Salud, Mar Gil, Coordinadora de Investigación de la Unidad de Medicina Materno Fetal del Hospital Universitario de Torrejón, nos explica qué es, cuales son los síntomas y cómo se puede prevenir la preeclampsia.
La preeclampsia es una enfermedad que causa hipertensión y que complica el embarazo a una mujer que previamente no es hipertensa.
En este sentido, se podría decir que es es una consecuencia del propio embarazo en el que influye mucho la placenta y cómo se forma.
Cuando una placenta no se forma adecuadamente y a esto se le suma que la madre presenta ciertos factores de riesgo, puede desencadenar una preeclampsia.
«Además, se trata de una enfermedad, que se asocia al fallo de múltiples órganos, el riñón, el hígado», afirma Mar Gil.
A pesar de que cualquier mujer podría desarrollar preeclampsia, es cierto que es mucho más frecuente en mujeres con factores de riesgo tales como la obesidad, la edad o el consumo tabaco.
Otro factor de riesgo muy importante es la diabetes.
También influye notoriamente si es o no el primer parto y si ya ha sufrido preeclampsia previamente. Si el primer parto de una madre ha transcurrido sin complicaciones, eso suele ser un factor protector.
«Por eso, el estudio que hemos llevado a cabo es muy importante, porque detectar de manera temprana qué mujeres pueden desarrollar preeclampsia y aplicarles algo tan sencillo como una aspirina en dosis muy bajas, puede disminuir la aparición de esta complicación en más de un 60 %», sostiene la ginecóloga.
Lo más difícil de detectar los síntomas de la preeclampsia es que suelen ser bastante comunes en todo tipo de partos, posean o no esta complicación. Los principales son cefalea, dolor de cabeza, molestias de tripa, vómitos…
El problema de la preeclampsia es que con el tiempo puede desarrollar una complicación muy grave que puede ser la eclampsia cerebral y otro otro tipo de alteraciones de otros órganos, como puede ser efectos sobre la coagulación de la sangre, el fallo hepático o el fallo renal.
«Esto puede llegar a ser muy peligroso y acabar con la vida de la madre. De hecho, la preeclampsia es la responsable de un 15% de las muertes maternas», afirma Mar Gil.
Esta enfermedad puede tener también consecuencias en el bebé y la prematuridad, es una de las principales. En general la preeclampsia si que se asocia a bebes muy pequeñitos, donde la algo ha fallado en la placenta y finalmente nacen de manera precoz.
«La preeclamsia es más frecuente detectarla al final del embarazo, pero es mucho más grave cuando ocurre de manera precoz», explica la coordinadora de Investigación del Hospital Universitario de Torrejón.
Lo importante también del estudio es ver que realmente se puede diagnosticar desde el primer trimestre del embarazo, pues se detectan el 75 % de los embarazos que van a requerir un parto prematuro.
Si a las madres se les detecta desde el primer trimestre, se les puede y se les va a hacer un seguimiento más exhaustivo.
«A la paciente que viene a revisión alrededor de la semana 12 ya se le hace un seguimiento de los factores de riesgo que hemos comentado antes. Esto lo combinamos con una medida de la tensión de la madre y del flujo de la placenta. Y esto nos da una probabilidad de que el desarrollo preeclampsia que requiera un parto prematuro», afirma la ginecóloga.
La experta sostiene que en base a esa probabilidad y teniendo en cuenta si la paciente es o no de riesgo, se le pone el tratamiento con aspirina.
«Se le hacen revisiones mensuales y le explicamos qué es la preeclampsia para que tome consciencia porque eso también es muy importante. Además, se le instruye en cómo tomarse la presión, cuando y cuales serían los signos de alarma, etc», explica Mar Gil.
«Antes del embarazo, si prestamos atención a los factores de riesgo, si que podemos tener un efecto y disminuir las posibilidades de desarrollo de la enfermedad», aboga la doctora.
Una perdida de peso, en personas con obesidad, dejar de fumar y seguir hábitos saludables son acciones que van a ayudar siempre a tener un parto más sano.
«Lo realmente importante de nuestro estudio es ver que no solo es un modelo teórico, sino que se esta poniendo en práctica en nuestro día a día y funciona», añade.
«Yo creo que lo realmente importante para la prevención es hacer un buen cribado y que las mujeres comprendan la importancia de algo tan sencillo como tomarse la tensión. Mejorar la calidad de las madres y de los niños es posible con algo tan sencillo como implementar un cribado y tomar consciencia de lo que es esta enfermedad», concluye.