Preguntas sin respuestas

Tras el furor mediático provocado por el anuncio de la Procuraduría sobre el desmantelamiento de lo que se considera la mayor red del crimen organizado que operaba el país, han surgido muchas preguntas que han quedado sin respuestas concretas y convincentes.

Tras el furor mediático provocado por el anuncio de la Procuraduría sobre el desmantelamiento de lo que se considera la mayor red del crimen organizado que operaba el país, han surgido muchas preguntas que han quedado sin respuestas concretas y convincentes.

Este caso ha acaparado la atención en los últimos días en los medios de comunicación, relegando a un segundo plano otros muchos temas de importancia y actualidad, por lo que ha tenido las características de un golpe de efecto frente a la población.

Sin embargo, tomando la palabra al propio procurador Jean Alain Rodríguez que en su comparecencia pública, tras más de 40  allanamientos, dijo que la red criminal tenía 20 años en el país, la gente se pregunta cómo es posible que sus integrantes operaran a sus anchas durante todo ese tiempo sin despertar ninguna sospecha o acción de parte de las autoridades dominicanas.

Es una pregunta incómoda que probablemente disgusta al Procurador, quien quizás quisiera que a propósito de este caso, sólo se hablara de un gran logro en la lucha contra el crimen, el narcotráfico y el lavado de activos a nivel local.

Sin restar importancia al sonado operativo, ni dudar tampoco de la seriedad de las investigaciones que le dieron origen, la pregunta que se ha regado como pólvora en las redes sociales y en medios de opinión pública ha sido inevitable por el símil temporal con el caso del narco José Figueroa Agosto, quien operó durante una década en el país sin que ninguna autoridad advirtiera de sus multimillonarias acciones en el narcotráfico.

El cuestionamiento en ese sentido no pudo ni siquiera ser disipado por el propio Procurador, ya que al preguntársele del por qué hubo que esperar dos décadas para detectar el imperio criminal que se atribuye a César Emilio Peralta, alias César el Abusador, se limitó a decir que “a todo criminal le llega su momento”, aunque en su caso particular fue bastante tardío e inexplicable, agregamos nosotros.

Ahora que la DEA contribuyó con información y logística para desmantelar la referida red, otras preguntas ameritan respuestas pero no solo verbales sino con actuaciones y hechos.

Por ejemplo, ¿se llegará hasta todos los integrantes de esta gigantesca operación mafiosa que supuestamente lavaba dinero proveniente del narco a través de una serie de locales y establecimientos de apariencia normal y legítima?

¿Caerán todos sus cómplices y testaferros y las autoridades se mantendrán firmes frente a cualquier intento de exclusión o padrinazgo?

Solo así sabremos si todo esto ha sido un serio revés al crimen organizado o tan solo otro frustrante episodio en la lucha contra el crimen.