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Batalla Electoral 2024

Preguntas sin respuestas

Los jefes militares, policiales, congresuales, ministeriales y hasta presidenciales están en la nómica de los grandes capos para garantizar su protección. No hay cárceles, ni tribunales para ellos hasta que comienza la guerra de pandillas por el control de los territorios. En esa lucha intervienen los militares y policías que estaban fuera del otro cártel.

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Pregunto, ¿cómo es posible que  una sola persona dirigiera una estructura de drogas desde la República Dominicana con ramificaciones internacionales durante 20 años sin que fuera descubierta y enviada a pesar de todas las evidencias?

Se habla de las principales discotecas, el financiamiento de muchos artistas urbanos, la propiedad de plazas comerciales, restaurantes, muchos  edificios  altos y lujosos en los más importantes centros comerciales y residenciales del país. Se habla de crímenes, secuestro, torturas, paliza, robo de autos, ejércitos paralelo, aviones, helicópteros.

¿Cómo se puede construir un emporio tan complejo y poderoso durante más de 20 años en las narices de la Dirección Nacional de Control de Drogas, de la Policía Nacional, de la Dirección Nacional de Investigación, de los organismos de seguridad de Fuerzas Armadas y de la Policía? ¿Dónde estaban esas autoridades cuando César Emilio Peralta construía su imperio?

Indignado, el embajador dominicano en Washington, capital de EEUU, José Tomás Pérez escribió en su cuenta de twitter: “detenido con drogas varias ocasiones, y libre; acusado de herir a varias personas, y libre; decenas de de negocios ilícitos, y libre; jefe de todos los narcotraficantes, y libre. Pero, ¡diablos! ¡Denme una explicación creíble de este desatino!”

El sainete del atentado contra el ex pelotero de Grandes Ligas, David Ortiz, presentado por el Procurador General de la República y el jefe de la Policía, no lo creyó nadie, de la misma manera que nadie cree que un coronel fue el único culpable de los sobornos por la compra de los aviones súper tucanos; de la misma manera que nadie cree que se esté investigando y haciendo justicia en el caso de los sobornos de Odebrecht , primero de 92 millones de dólares y ahora de otros sobornos por más de 39 millones dólares.

La desconfianza ciudadana con respecto a la  justicia está más que justificada. Tan desacredita está que Estados Unidos decide, ente el escándalo gigantesco que se produce con el atentado contra David Ortiz y los mil y picos de kilos de cocaína atrapados en Puerto Rico, entrar en acción, realizado su propia investigación a través de la  DEA y el FBI. Sin la participación de EEUU, el cárcel de César Emilio Peralta (César el abusador) estaría funcionando con toda normalidad en el país.

Me inquieta saber quién y por qué le pusieron al dueño del cártel, el emperador  nombre de “César el abusador”. ¿Qué hacia ese señor para merecer tan elocuente apodo? ¿Por qué no “Cesar, el encantador”?

Los jefes de las drogas se mezclan, se infiltran entre las autoridades civiles y militares haciendo relaciones con ministros, militares, diplomáticos, periodistas, abogados, hermosas mujeres, cineastas, dueños de bares y discotecas, mostrándole todo el confort, todo el lujo y haciéndolos parte de todos.

El bajo mundo maneja muchos recursos económicos. Sin la participación y complicidad de las autoridades civiles y militares es imposible el crecimiento de ninguna mafia de esa naturaleza.

Los narcotraficantes compran o patrocinan senadores, alcaldes, diputados, ministros y hasta presidentes. Pablo Escobar estuvo considerado durante siete años como uno de los hombres más ricos del mundo. La complicidad fue su mayor aliado; dicen que tenía el 20% de todos los billetes de 20 dólares del mundo.

Los jefes militares, policiales, congresuales, ministeriales y hasta presidenciales están en la nómica de los grandes capos para garantizar su protección. No hay cárceles, ni tribunales para ellos hasta que comienza la guerra de pandillas por el control de los territorios. En esa lucha intervienen los militares y policías que estaban fuera del otro cártel.

En el caso de César del abusador, ¿dónde están los militares que lo protegían, que garantizaban el éxito de sus operaciones? ¿Dónde están los políticos funcionarios que los protegían, sus socios? ¿Cómo puedo creer que dos “peloteritos” y cuando o cinco “saltapatras” son los responsables de una red que manejaba miles y miles de kilos de cocaína, y miles y miles de millones de pesos y dólares durante 20 años sin ser tocado ni con el pétalo de una rosa? Quiero ver los nombres de los militares y políticos socios de César el abusador, gran contribuyente en las campañas electorales de candidatos de todos los partidos. ¿Dónde están?

¡No me cojan de pendejo! ¡A otro perro con ese hueso!

 

 

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