La fuerza del presidencialismo juega hoy la integridad del Partido de la Liberación Dominicana con la decisión de su Comité Central (CC) de imponer el voto universal ciudadano en la elección por lo menos del candidato presidencial en base a la recién promulgada Ley de Partidos impugnada de inconstitucionalidad.
Se persigue un fuerte golpe para iniciar la liquidación del liderazgo del expresidente Leonel Fernández y su ambición de volver al poder, para de paso reducir la oposición interna y abrir brecha a otra reforma constitucional que permita una nueva postulación presidencial de Danilo Medina, contando con el poder del Estado.
El poder presidencial
Tanto en los ámbitos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como en la opinión pública se daba por hecho hasta ayer tarde que en la reunión del CC de esa organización programada para hoy sábado se impondrá el poder presidencial ahora representado por Danilo Medina y aprobarán el padrón abierto, o voto universal de la ciudadanía, por lo menos para escoger su candidatura presidencial para los comicios del 2020.
Nadie duda que Danilo Medina con todo el poder del Estado mantiene el dominio de los 600 integrantes del CC de su partido, en gran mayoría altos funcionarios del Estado, legisladores y funcionarios municipales que dependen de la gracia de quien “reparte los sobrecitos”, aunque parece diferente en la totalidad de los militantes del partido, pues se busca el auxilio exterior en desmedro de los derechos de los miembros.
La decisión llevaría el mayor partido del sistema político nacional a las orillas de la división, dependiendo de la profundidad de la disposición de pelea que tenga Leonel Fernández, quien preside la organización y hasta ahora se aferra a la inconstitucionalidad de la imposición de las primarias abiertas declarada en el 2005 por la Suprema Corte de Justicia y recién ratificada indirectamente por el Tribunal Constitucional, y sobre la cual hay recursos de impugnación.
La brecha reeleccionista
Muchos indicadores y algunas confidencias permiten advertir que el presidente Medina y sus más férreos seguidores siguen empeñados en abrir alguna brecha que les permita continuar en el poder, convencidos de que el primer paso es liquidar los empeños del expresidente Fernández por la candidatura presidencial para optar al menos por un cuarto mandato, en parte temerosos de que pueda vengar lo que consideran “bellaquerías políticas” con que fue anulado en el proceso electoral anterior.
Esos sectores y muchos otros dentro y fuera del PLD están convencidos de que “sólo Danilo puede ganarle a Leonel la candidatura presidencial” y se basan en la multiplicidad de las encuestas, públicas y privadas, que le otorgan a este una enorme ventaja sobre todos los que se han lanzado a procurar la nominación y varios que suenan, e incluso sobre el propio Medina en tanto entre el 60 y 70 por ciento de la población se expresa contra otra reforma constitucional.
Se trataría de liquidar a Fernández para abrir brecha a la reforma de la Constitución antes que en febrero el presidente Medina se defina al respecto, como adelantó el mes pasado. Tras ello se confía que el poder presidencial disuada a la mayoría de los seguidores del expresidente de que es preferible mantenerse en el poder que jugar una aventura divisionista. No se descarta que la resolución de padrón abierto sea sólo para la candidatura presidencial, con lo cual volverían a jugar la carta del 2015 de “reelección por reelección”, que disuadió a los leonelistas.
Unificar el partido en torno al presidente Medina es el primer escalón para buscar una nueva reforma de la Constitución, que tendría gran rechazo nacional y en la oposición política, pero que sumando los aliados del perredeísmo y el reformismo, reduciría a una veintena los votos necesarios para completar los dos tercios de la asamblea revisora. El pragmatismo y la tradición dan por hecho que el poder del Estado los lograría.
Casi todos contra Leonel
Para la reunión de hoy del CC del PLD confluye una alianza táctica de casi “todos contra el león”, porque los demás aspirantes a la candidatura albergan la esperanza de que humillado y reducido Leonel, Medina desista de la aventura reeleccionista y se decante por uno de ellos. Hasta ahora aspiran formalmente el secretario general Reinaldo Pared, los exministros Francisco Domínguez Brito, Carlos Amarante, Temístocles Montás y Manuel Crespo, y la exdirectora de Pasaportes Maritza Hernández. Aún sin lanzarse oficialmente se señala como aspirantes a los ministros de Educación, Andrés Navarro, al de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, y al de Turismo, Francisco Javier García, además del dirigente Radhamés Segura y de la vicepresidenta y esposa de Leonel Fernández, Margarita Cedeño.
Con la excepción lógica de la doctora Fernández, todos los aspirantes confluyen en el proyecto de reducción de Leonel, a quien consideran desconsideradamente ambicioso, porque habiendo agotado tres períodos de gobierno, y pese a haber proclamado al PLD como “una fábrica de presidentes”, cierra el paso a las nuevas opciones.
Queda un segmento importante, llamado a jugar un papel de moderación y negociación, integrado por la vieja guardia peledeísta que, aunque también distanciada de Leonel, alberga temores de una fractura importante en el partido que les haga perder el poder, sobre todo si tras la imposición interna hay que “comprar otra reforma constitucional”, como en el 2015, para tener que utilizar todo el poder del Estado en un nuevo proceso reeleccionista.
En este sector están quienes se inscriben por no apretar el lazo en torno a la cabeza de Fernández y acarician otra transacción, como en el 2015, esta vez en beneficio de la candidatura de Leonel, bajo el compromiso de volver a la Constitución del 2010 que prohibía la reelección consecutiva, pero la permitía en períodos alternos, y de esa forma dejar habilitado a Danilo para el 2024, con un solo período de Leonel.
El león trata de resistir.
Tirado al medio de la calle, en abierta campaña desde agosto del 2017, Leonel Fernández llega a la crucial reunión de hoy con la decisión de resistir, en la que hasta ahora ha tenido cierto éxito, y todavía al medio día de ayer decía a relacionados que defenderá los principios constitucionales “por encima de todo”. En un artículo de página entera en la mañana de ayer en el Listín Diario concluyó pidiendo “Que Dios nos ilumine, para que la razón impere y sirva de fundamento a la unidad”.
En ese artículo Fernández reitera los planteamientos jurídicos que junto a sus seguidores ha enarbolado contra la imposición de las elecciones primarias abiertas por encima de los estatutos partidarios, a partir de la declaración de inconstitucionalidad de la Ley 286-04 del 2004 que las instituyó por primera vez. Y recuerda que el Tribunal Constitucional está apoderado de 8 recursos de inconstitucionalidad a la recién aprobada Ley de Partidos, que autoriza a determinados órganos directivos a optar por ese método de elección.
Reivindica la autonomía y libertad de los agrupamientos políticos y el estatuto del PLD, que en su artículo 10 señala que el máximo organismo del partido es su Congreso Nacional, que en el 12 es el facultado para aprobarlo, y que el 40 establece que la elección de sus candidaturas es “mediante primarias internas”.
En el cuarto párrafo de su extenso artículo, Fernández proclama que “Lo que está en juego es la prevalencia o no de la supremacía de la Constitución y la existencia de un Estado de Derecho como forma de organización de una sociedad democrática y moderna” Mientras tanto esta semana el presidente del PLD dedicó dos extensas jornadas a escuchar a miles de dirigentes medios y de base de todo el país, movilizados por sus parciales, y que desde luego se pronunciaron en consonancia con su posición, como una nueva demostración de que conserva fuerzas significativas.
Que el Estado vuelva a vencer
El empeño de los danilistas por imponer el padrón abierto en la elección de los candidatos en la Ley de Partidos, sostenido durante más de un año, es un reconocimiento implícito de la fuerza de Leonel Fernández en su membresía, porque de lo contrario no se hubiese gastado tanta energía y tiempo buscando que decidan todos los electores. Pero aún con el voto universal, las encuestas siguen dejando en gran ventaja al expresidente, sobre todo con Danilo inhabilitado constitucionalmente.
Reducir a Leonel imponiéndole las primarias abiertas no sería garantía de éxito. porque como él mismo ha dicho, no teme al voto universal y las encuestan indican que le ganaría con mucho a cualquiera de los demás aspirantes que no sea Danilo, razón por la que buscarían a todo costo rehabilitar la postulación del mandatario.
En cualquiera de los dos escenarios, con Danilo o con un precandidato alternativo, el padrón abierto permitiría mayor influjo del Estado en la campaña interna, porque habría 5-6 millones de personas a ser incentivadas para votar, entre ellas los 2.6 millones de beneficiarios de programas sociales identificados, y los que venden su voto. Con 500 millones de pesos, que no es nada para el poder estatal sin escrúpulos, a mil pesos por voto, se comprarían 500 mil.
Utilizar el poder del Estado es la explicación de los riesgos de división que implica imponer el padrón abierto. Se recuerda el grito de Danilo de “me venció el Estado”, cuando para el 2008 Leonel utilizó sus poderes para imponerse en la candidatura. Fue con el padrón interno del PLD, pero entonces no había prohibición de la reelección. Danilo podría cobrarle la afrenta.