Presidente Abinader... ¡educación presencial!

En la educación digital no hay espacio para interactuar con personas, para sentimientos, para el hermoso aprendizaje que se desprende de estudiar, jugar y explorar en grupo. Tiende a ser adictiva, y no solo debemos cuidar el cuerpo del estudiante sino también su alma, su mente.

La sorpresiva llegada del Coronavirus en el mundo ha ocasionado cambios en las costumbres de las familias y la sociedad. Los gobiernos se empeñan en buscar mecanismos para proteger, especialmente, la salud, la productividad y la educación. En ese sentido, el presidente de la Republica, Luis Abinader, busca medidas saludables y eficientes. En esta oportunidad, me referiré a la adoptada para la educación escolar.

El presidente Abinader anunció que el año escolar se iniciará,
el 2 de noviembre, de manera virtual; esto es, utilizando medios cibernéticos, laptop,
internet, etc. sin tener que ir a las escuelas.  Me preocupa, esta medida. Creo que deberíamos
comenzar de manera presencial, tradicional, respetando un protocolo para
protegernos de la pandemia e ir evaluando los resultados.

 En la educación
digital no hay espacio para interactuar con personas, para sentimientos, para
el hermoso aprendizaje que se desprende de estudiar, jugar y explorar en grupo.
Tiende a ser adictiva, y no solo debemos cuidar el cuerpo del estudiante sino también
su alma, su mente.

La educación virtual es costosa, no solo desde el
punto de vista económico, sino del aprendizaje; pues cambia la vida familiar y el
estupendo sistema tradicional de impartir docencia; no garantiza la calidad ni
el rendimiento eficiente en el aprendizaje. Además, no es solo proveer de equipos
digitales a profesores y estudiantes; es enseñar a usarlos, incluyendo a padres
de familias; requerirá programación especial, acceso al internet, asegurar
energía eléctrica, señales, etc. Los padres de familias   pobres
tendrán que hacer magias para buscar espacio, lograr un adecuado acompañamiento
de los hijos y salir a trabajar; al tiempo que niños y jóvenes, casi histéricos,
permanecen en confinamiento.

Ese cambio en el hogar no es necesario; la educación puede ser en las escuelas, presencial; tenemos la plataforma requerida. Debemos serenarnos, no tomar acciones desesperadas para llenar requisitos; los estudiantes necesitan de un ambiente tranquilo para desarrollar sus potencialidades, para ser útiles a la sociedad.

El gobierno debería revisar esta decisión. Las clases
presenciales son más saludables, despejan la mente, fomentan las relaciones
humanas, liberan las energías de los alumnos. Dicen que “la exposición regular
a las pantallas adelgaza la corteza cerebral”. La elite, los ricos, comienzan a
huir del mundo digital; aseguran “que los digitalizados serán los esclavos de los
que son educados en escuelas clásicas, tradicionales, que valoran los lazos
humanos”. Es mejor leer un libro, tocarlo, acariciarlo, subrayarlo, que el uso de
pantallas.

Conozco del talento del Ministro de Educación, Roberto
Fulcar, pero no puedo callar mi humilde opinión; deberíamos contemplar la
posibilidad de volver a clases presenciales, tomando medidas protocolares para
evitar la pandemia. Dentro de ellas, hacerle prueba de coronavirus, guardar el
distanciamiento entre butacas, lavarse las manos, etc. Se pueden poner dos
tandas de clases, de 8AM a 12M y de 1PM a 5PM con almuerzo, incluyendo los
sábados; suspender, temporalmente, las tandas extendidas. También se pueden alquilar
espacios para más aulas; contactar profesores desempleados o jubilados que quieran
reintegrarse, para que contribuyan en el proceso presencial.

Otra alternativa, es que, provisionalmente, los
estudiantes de SECUNDARIA comiencen con clases virtuales; los de PRIMARIAS y PREESCOLAR
sean presenciales; que los colegios privados, junto a los padres, elijan el
mecanismo interno más adecuado. También pueden ser semi presencial.

Ayudaría que el gobierno pida a los medios de comunicación,
que dediquen espacios para promover valores morales y cívicos,  oficios, deportes, que contribuyan al
desarrollo integral. El método presencial, cumpliendo el protocolo requerido, cuida
la salud mental de los estudiantes, manteniéndolos, interactuando con amigos,
en otros escenarios.

 Sueño con que el
gobierno cambie el plan para que la educación sea presencial; comenzando en el
mes de octubre. Hay naciones donde la han iniciado. No quiero ni pensar en la
posibilidad de que nuestros niños y jóvenes se eduquen como robot, en el mundo
digital; ni que sus padres caigan en depresión; además, si la deserción escolar
es grande en la educación presencial, me imagino como será en la educación
virtual.  Reflexionemos.


 [PPJ1]