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BARCELONA.- El presidente de Cataluña, Artur Mas, asumió hoy el papel de «promotor político» de la consulta independentista celebrada en esa región del noreste de España en septiembre de 2014, pero precisó que la «ejecución» del proceso de votación quedó en manos de voluntarios.
Mas hizo esa declaración ante un juez de Barcelona, donde compareció como imputado por organizar una consulta popular ilegal y a donde llegó acompañado de centenares de cargos públicos y activistas pro independentistas.
Los nacionalistas catalanes querían celebrar el 9 de noviembre del año pasado una consulta soberanista para decidir acerca de la eventual independencia de Cataluña respecto a España, pero fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional.
No obstante, las urnas se sacaron a la calle en lo que al final se planteó como un acto popular reivindicativo, también declarado ilegal por el Constitucional.
En consecuencia la fiscalía se querelló contra Artur Mas y dos miembros de su Gabinete, que comparecieron ante la justicia la semana pasada y también consideradas responsables de esa iniciativa.
Mas dio hoy a su comparecencia ante el tribunal un signo político, ya que hizo un largo recorrido a pie en el que estuvo acompañado por unas 3.000 personas que le aclamaron y gritaron «independencia» y entre ellas había unos cuatrocientos alcaldes de la región.
Desde el Gobierno español, el ministro de Justicia, Rafael Catalá calificó de «inadecuado» que Mas fuera acompañado por cargos públicos a su declaración como imputado y subrayó que «como todos los ciudadanos, nadie está por encima de la ley, nadie está al margen de los tribunales».
Tras su comparecencia convocó a la prensa en la sede del Gobierno regional, donde dijo que había preguntado a los jueces si «actuar como un demócrata equivale al de actuar como un delincuente».
El dirigente nacionalista remarcó que con esa consulta quería dar «voz a la ciudadanía» y agregó que la imposibilidad de celebrar legalmente esa cita con las urnas le llevó a convocar elecciones regionales el pasado 27 de septiembre.
El mes pasado esos comicios dieron la victoria a una coalición partidaria del soberanismo que agrupa a nacionalistas de centroderecha – como el propio Mas – con republicanos de izquierda y personalidades de movimientos civiles.
Esa candidatura logró 62 escaños, a seis de la mayoría absoluta en el Parlamento regional, que podría alcanzar con una formación de izquierda radical e independentista – la CUP -, con la cual hay negociaciones que por el momento no han dado resultado dado que este partido rechaza respaldar a Mas como presidente regional.
La suma de ambas candidaturas da mayoría en el Parlamento regional, pero no llegó al 48 por ciento de los votos emitidos el 27 de septiembre, por lo que la CUP se niega a una declaración unilateral de independencia, pero sí desea un plan para avanzar hacia la independencia.
Se trata de una hipótesis que rechazan el Gobierno español (PP, centroderecha) y el primer partido de la oposición (PSOE, socialista), que coinciden en considerarla ilegal.
