Washington.- El presidente del Comité de Exteriores de la Cámara Baja de Estados Unidos, el demócrata Gregory Meeks, pidió este lunes al presidente estadounidense, Joe Biden, que levante las sanciones económicas contra Cuba impuestas por su predecesor, Donald Trump.
«Los cubanos enfrentan grandes dificultades debido a los impactos económicos y de salud de la covid-19, la arraigada cultura de corrupción y mala gestión entre los líderes cubanos y las estrictas sanciones impuestas cruelmente por la Administración Trump», indicó en un comunicado Meeks.
«Hago un llamado al presidente Biden para que ayude a aliviar el sufrimiento en Cuba rescindiendo las sanciones de la era Trump», añadió el congresista.
Trump impuso decenas de sanciones contra Cuba con las que no solo revirtió el deshielo protagonizado por el expresidente Barack Obama (2009-2017), sino que endureció el embargo económico estadounidense a la isla.
Meeks también opinó que «los cubanos están enojados y tienen todo el derecho a expresar sus frustraciones y participar en protestas pacíficas», al tiempo que indicó que «las libertades básicas deben ser respetadas, no castigadas».
«Felicito a estos valientes manifestantes y a todos los que exigen respeto por la democracia en cualquier parte del mundo, incluso aquí en casa, por ponerse de pie y hacer oír su voz, sostuvo.
Biden fue preguntado este lunes por cuándo estará dispuesto a cambiar la política hacia Cuba de Trump, pero evitó responder directamente.
«Tendremos más que decir sobre Cuba y Haití a medida que avance esta semana. Estén atentos», zanjó.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo en rueda de prensa que de momento no tenía ningún cambio de política hacia Cuba que anunciar, pero aseguró que las protestas han provocado que la Casa Blanca evalúe «cómo puede ayudar directamente al pueblo» cubano.
El Gobierno de Biden demostró hace apenas tres semanas que no tenía especial interés en revocar la política de Trump, al votar en contra de la resolución anual de la ONU que condena el embargo estadounidense, en lugar de abstenerse, como hizo el Ejecutivo del expresidente Obama.