Las defunciones de niños y niñas menores de cinco años de edad es un indicador de la pobreza y desigualdad, estas cifras dicen mucho sobre la calidad de vida y condiciones de salud en que vive una población. República Dominicana está ubicado entre las naciones con mortalidad infantil alta (menores de cinco años), 36 por 1000 nacidos vivos y la mortalidad neonatal (fallecidos en los primeros 28 días) en 31 por 1000 nv. (ENDESA).
Reducir las causas más importantes de mortalidad infantil es posible y poco costoso; sólo requiere voluntad política.
Disminuir la mortalidad infantil requiere disminuir la mortalidad neonatal. La salud y la supervivencia de la madre y el recién nacido están vinculadas, una intervención a favor de la mujer, puede salvar al recién nacido.
La responsabilidad de traer al mundo otro ser humano no puede estar en las manos de niñas. En madres menores de 20 años la probabilidad de tener un bebé prematuro aumenta hasta el 40 por ciento, con las complicaciones que acompañan la prematuridad como bajo peso, patología cardíaca, respiratorias e infecciones bacterianas.
El comportamiento de la mortalidad infantil es el mismo desde hace décadas, en general mueren por bajo peso, prematuridad, enfermedades diarréicas, respiratorias e infecciosas bacterianas, entre otras.
Disminuir los embarazos en adolescentes es condición necesaria para bajar las cifras de mortalidad neonatal e infantil, una jugada capicúa.
Mejorar la calidad de atención del chequeo prenatal realizado en el 98 por ciento de los casos por personal acreditado es indispensable. Mejorar el nivel nutricional de las embarazadas enseñándolas a tomar una alimentación equilibrada con alimentos baratos ricos en proteínas es básico para mermar los recién nacidos con bajo peso.
Ningún bebé debería morir por causas evitables. Las muertes por tétanos, difteria o tosferina y otras enfermedades infecciosas son perfectamente evitables, con pocos recursos, cumpliendo el calendario de vacunación. Las diarreas y gripes complicadas son las causas mas frecuentes de mortalidad infantil.
La vida de nuestros niños y niñas depende en gran medida de unos buenos servicios de saneamientos básicos, tanto de agua potable, servicio sanitario y la eliminación de la basura. ¿Qué gobernante se atreve hacerlo?.
Lo primero es lo primero, construir unidades de cuidados intensivos neonatales modernas y costosas, como la recién inaugurada en la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia a coste de RD $400 millones está muy bien, y salvarán a bastantes niños. Pero todo tiene un coste de oportunidad. Esos RD $400 millones invertidos en políticas preventivas, ¿salvarían a más niños?. En época de austeridad los recursos deben ser aprovechados, pero en ocasiones los que deciden valoran otros intereses.
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