En una entrega anterior expliqué cómo al llegar al poder el PRD siempre había tenido mala suerte, ya fuese en 1963 (Bosch), 1978 (Guzmán), 1982 (Jorge Blanco) o 2000 (Mejía). Bajo la nueva nomenclatura de PRM también ha tenido mala suerte pues el presidente Abinader primero ha enfrentado la pandemia, con éxito por cierto, y luego al ir desapareciendo el virus se pensaba que el presidente podría actuar sin constreñimientos desarrollando su interesante agenda pero le ha tocado la inflación mundial.
El costo de la comida importada ha aumentado mucho desde principios de año. El aceite de palma un 43%, el trigo un 20% y el maíz un 18%. Por cierto, Rusia y Ucrania son responsables de un 25% de las exportaciones mundiales de trigo.
En cuanto a hidrocarburos, el crudo ha subido un 30% y en Europa el gas natural ha tenido un alza de 40%. Rusia es responsable del 40% del consumo de gas natural en Europa y de un 10% de la producción mundial del crudo. Los fertilizantes, insumos básicos de la agricultura, también han subido enormemente y Rusia es el principal exportador mundial.
En el área de los servicios también nos golpea la inflación. Los intereses han estado subiendo, lo cual se refleja en los intereses internos, perjudicando a nuestros empresarios y también al Ministerio de Hacienda en la medida en que una proporción de la deuda externa e interna se contrató a tasas de interés fluctuantes.
La economía norteamericana crecerá menos de lo previsto lo que perjudicará las remesas y la inversión privada que se dirige hacia nuestro país y también al turismo, ya que Estados Unidos es la principal fuente de los turistas que recibimos. Y la segunda fuente, Rusia y Ucrania, ha desaparecido momentáneamente.
En Estados Unidos la inflación supera el 6%, el nivel más alto desde 1982 año cuando Salvador Jorge Blanco tuvo que enfrentar la “década perdida latinoamericana”. En Europa la inflación supera el 4%. Todas las bolsas de valores han bajado en los últimos meses, excepto la rusa que está cerrada.
Si aplicásemos el nivel de inflación que sufrió la República Dominicana en enero-febrero de este año para proyectar el año entero, tendríamos una inflación del 12%, pero creemos que eso no va a ocurrir, sobre todo si se negocia la paz entre Putin y Zelenskyy.
Tan solo nos estamos beneficiando de la actual crisis política y financiera por los altos precios del oro y el níquel lo que representará mayores impuestos al fisco dominicano. Ojalá que aparezcan muchos ingresos tributarios por encima de lo presupuestado y que se detecten muchos gastos innecesarios, pues esa plata es requerida para poder mantener los nuevos subsidios que benefician los hidrocarburos y la comida.