“Los Intocables” muestra crudamente la imposibilidad de la prohibición del consumo de alcohol en los Estados Unidos. Desde 1920 hasta 1933 era ilegal la fabricación, venta, transporte o importación de bebidas alcohólicas.
Pocos saben que la llamada Ley Volstead fue realmente la décimo-octava enmienda a la Constitución, eliminada mediante la enmienda vigésimo primera. Sin tener rango constitucional, la llamada guerra contra las drogas ha sido peor, más sangrienta y costosa que la “ley seca”, un poderoso argumento para legalizar algunas drogas y descriminalizar ese negocio. Prohibir es en sí como una droga, por el “high” de poder que da a legisladores y funcionarios. Imagínense dizque prohibir el “ácido del diablo”, cuyos ingredientes son todos comunes, legales y asequibles.
Sin embargo, una excelente prohibición es la cursada por las autoridades para impedir las bebentinas en las vías públicas. A ningún dominicano en Nueva York se le ocurre ponerse a consumir en la calle y existen buenas razones para ello. Será difícil aplicarla, así como con toda medida civilizadora pero impopular. Pero se puede…