La verdad como verdad, lo cierto como cierto, y lo dudoso como dudoso.
Ocular una situación o problema no tiene sentido, porque de todas formas saldrá. Decir la verdad genera credibilidad, ocultarla es cavar la propia tumba.
Si toda persona tiene derecho a solicitar y a recibir información completa, veraz, adecuada y oportuna amparado en nuestra legislación, es inaceptable que exista una política de comunicación restrictiva en el Ministerio de Salud como afirma la reconocida periodista de salud del periódico Hoy, Altagracia Ortiz.
En un entrenamiento a los directores de hospitales de cómo tratar con los periodistas se les instruyó a no dar declaraciones a la prensa, si no cuentan con un permiso oficial de la gerencia de Comunicaciones del Ministerio de Salud.
El que prohíbe algo esconde. Impedir fotos o grabaciones en un centro de salud es un absurdo. En la era de los telefonees móviles y redes sociales está prohibido prohibir.
La comunicación de un sistema de salud no puede ser concentrada, los hospitales generan información que la población demanda, la centralización es prima hermana de la dictadura.
Cuando impiden que las y los directores de hospitales hablen con los medios de comunicación algo ocultan. El negar acceso a la prensa genera información múltiple y en ocasiones no veraz.
La comunicación es abierta, no niega posibilidades, no se puede sustentar en restriñir. Sus énfasis consisten en facilitar, brindar información real aunque no sea la deseada.
Que el hospital Darío Contreras parece más un matero que un hospital es una realidad. Para nadie es noticia que nuestro sistema de salud es defectuoso, que las y los pobres mueren por falta de atención oportuna y calificada y que a muchos de nuestros hospitales carecen de agua y de energía eléctrica.
Desde hace décadas se viene invirtiendo en edificaciones y equipos para el sistema de salud, incluso el presupuesto actual eleva el monto asignado al Ministerio de Salud. Ojalá nuestros recursos se inviertan en mejorar la salud de la población excluida y no se reduzcan a huacales de cemento.
Restringir la prensa demuestra incapacidad, temor, falta de tolerancia y de visión del Ministerio de Salud. El trabajo de los profesionales de la comunicación es mostrar la miseria para ser superadas.
Restringir la información es intentar limitarla, siempre porque está mala. Por qué no optan por transformar la realidad en vez de intentar ocultarla?
La conducta de hoy son las crónicas de mañana. Con estrategias de comunicación restrictivas podríamos pensar que intentan bajen las cifras de mortalidad a como de lugar, incluso sacándola del registro.
@lilliamfondeur
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