Promotores de carreras motores piden pistas

A pesar de recientes
operativos policiales para descubrir y desarticular carreras clandestinas de
motores, en las que han decenas de personas han sido detenidas y varios
vehículos retenidos, las competencias no se detienen.

¿Cuál es el castigo que
estable la ley para quienes realizan estas competencias callejeras? y ¿Cuáles
medidas aplicaran las nuevas autoridades de Interior y Policía para controlar
estas carreras?

Nairobi Viloria presenta la
segunda parte de la serie especial Muerte, con las propuestas de los distintos
sectores para poner fin a las Muertes sobre Ruedas, incluyendo la de los
propios participantes en estas carreras.

Despavoridos, decenas de
personas corren y se ocultan cuando ven a las patrullas policiales acercarse…

Los asistentes las
competencias se esconden en vehículos o se dispersan en diferentes direcciones…

Mientras que los motoristas
que participan en la justa emprenden una nueva carrera a toda velocidad, pero
esta vez la meta es no ser atrapados por los agentes.

Pese a que estos operativos
frustran momentáneamente la carrera ilegal, en algunos casos la competencia se vuelve
a organizar en cuestión de hora e incluso en el mismo lugar donde se presentó
la uniformada.

Y es que la presencia de las
autoridades no parece disuadir a estos jóvenes en su interés de participar en
estas actividades ilegales e incluso exhiben con orgullo las experiencias que
han tenido mientras son detenidas.

Solo en lo que va de este
año, unas 200 motocicletas con alteraciones para competir fueron retenidas por
la DIGESETT, mientras que unas 150 personas fueron sometidas a la justicia por
el mismo motivo.

Desde el 2017 las
competencias de velocidad quedaron prohibidas formalmente en el país, según el
Artículo 267 de la ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y
Seguridad Vial.

La pieza indica que, queda
prohibido a los conductores de vehículos efectuar competencias de velocidad en
las vías públicas. La violación a esta disposición será sancionada con una
multa equivalente de cinco (5) a diez (10) salarios mínimos del que impere en
el sector público centralizado, la pena de uno (1) a tres (3) meses de prisión
y los puntos en la licencia de conducir que determine el reglamento
correspondiente

Y cuando parecía que el
riesgo no podría ser mayor, estos jóvenes parecen retar a la muerte, creando
otras modalidades para competir.

Se refiere a un estilo de
competencia de “sálvese quien pueda” donde los conductores pueden derribarse a
patadas.

Estas variaciones se
convierten en agravantes en la violación de la ley a la hora de enfrentar a la
Justicia.

Según datos de la DGII, el
parque vehicular llegaba en 2018 a cuatro 4 millones 350 mil 884 unidades, de las
cuales el 55.1 por ciento correspondía motocicletas; el 20.9 por ciento, a
automóviles;  el 10.3% vehículos de carga
y el 9.9% yipetas.

El 3.7% restante se
distribuye entre autobuses, máquinas pesadas, volteos.

En algunos casos, estas
motocicletas llegan en piezas al país a través de las llamadas “mudanceras” o
shippings. Por ello, la Dirección de Aduanas asegura que ha reforzado las
verificaciones de los envíos para evitar el ingreso de artículos ilícitos.

Pese a la velocidad
descontrolada y la falta de medidas de seguridad, los participantes entienden
que el peligro de esas competencias radica únicamente en el tipo de vías donde
se realizan y las propias intervenciones policiales.

“Nosotros no vamos a
tolerar, no vamos a permitir la actitud irresponsable y violatoria de la ley
con las carreras de motores.

Si estos jóvenes están
dispuestos a pagar múltiples multas, cumplir prisión y hasta perder su propia
vida en estas carreras, ¿cuál podría es la alternativa que proponen para poner regular
a esta práctica?

 “Si las federaciones deportivas nos piden, se
les podrían hacer…si quieren pista para correr motores, en el mismo autódromo
se corren motores, ahora estarán ellos en disposición de regularizarse. Ojalá
nosotros reunirnos con un gripo de ellos y que se regularicen”.

El ministro de Deportes,
Francisco Camacho, explica que para regularizar cualquier tiempo de actividad o
contienda deportiva se pertenecer a una federación y cumplir con las reglas de
seguridad y competencia, que incluye trajes especiales y uso de casco.

Un traje especial cuesta 700
Dólares, un casco 500 y un motor en condiciones.

Casco no podemos usar por la
velocidad, pero puede ser de bicicleta y unos lentes.

Mientras las autoridades
organizan sus próximas acciones para detener estas competencias clandestinas y
los corredores esperan con ansias una respuesta de su anhelada pista, una
realidad es segura: estos jóvenes no aceptan erradicar sus competencias ilegales
que pueden generar más Muertes sobre Ruedas.