SANTO DOMINGO. – Con la llegada del verano y las altas temperaturas, la exposición al sol se convierte en un problema.
Durante estos días de calor intenso, el protector solar se erige como un componente esencial en tu rutina de cuidado personal. Más que un simple cosmético, es una barrera protectora que no solo previene las molestas quemaduras solares, sino que también juega un papel crucial en la protección de la piel frente a los rayos ultravioleta (UV), conocidos por su capacidad de causar daño cutáneo a largo plazo.
De acuerdo con la dermatóloga Esmeralda Arredondo, los rayos UV son responsables de una serie de efectos negativos en la piel, que van desde el envejecimiento prematuro, con la aparición de arrugas y manchas, hasta problemas más serios como el cáncer de piel, incluyendo el melanoma, uno de los tipos más agresivos.
Contó a Noticias SIN que la exposición prolongada al sol sin protección puede desencadenar un daño irreversible, afectando no solo la apariencia sino también la salud general de la piel.
«No aplicar protector solar puede provocar desde manchas y arrugas hasta problemas más serios como melanomas», indicó la especialista.
Explicó que el uso diario de este producto es fundamental para minimizar estos riesgos y que es importante no solo aplicarlo cada mañana, sino también reaplicarlo cada dos horas, especialmente si se pasa mucho tiempo al aire libre o si se está en contacto con el agua, ya que la sudoración y el baño pueden reducir su efectividad.
Además, escoger un protector solar con un factor de protección adecuado (SPF) es vital. Para la mayoría de las personas, se recomienda un SPF de al menos 30, que ofrece una buena protección contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares.
También, complementar su uso con otras medidas de protección, como el uso de sombreros, gafas de sol y ropa de manga larga, es una estrategia efectiva para reducir al máximo la exposición dañina al sol.