Mientras la delincuencia delictiva y criminal sigue en aumento en el país con acciones de las autoridades que no logran contenerla, ahora se revela nuevamente que, debido a corrupción y complicidades, aquí también protegemos a bandidos y mafiosos internacionales.
Y como como sabemos por los antecedentes, esta ayuda no se hace de forma gratuita, sino por millonarias prebendas que no representan sacrificio alguno para estos traficantes, pues son cuantiosos los beneficios que obtienen con el crimen organizado.
La penosa evidencia de estos hechos ha vuelto a salir a la palestra pública al descubrirse que el franco-libanés Ziak Takieddine, utilizaba un pasaporte diplomático dominicano para moverse a nivel internacional en la criminal y perversa operación de tráfico de armas y otras acciones mafiosas.
Aunque el pasado este tipo de situaciones no ha tenido mayores consecuencias, en esta oportunidad hay razones para pensar que se tomarán medidas efectivas para establecer responsabilidades y aplicar sanciones.
Las instrucciones precisas y directas impartidas de forma rápida y diligente por el presidente Danilo Medina al Ministerio de las Fuerzas Armadas, tan pronto se enteró a través de la prensa, auguran la posibilidad de que este caso no quede impune.
Por ejemplo, se sabe que un ex general retirado del Ejército habría sido el contacto clave con que contó este bandolero para obtener el documento dominicano que le servía para moverse con inmunidad diplomática.
Según las informaciones de la Dirección de Pasaporte, el documento es un machete, o sea arreglado de forma falsificada, aunque la libreta sea real.
Lo importante es que las investigaciones se profundicen, caiga quien caiga, no importa rango, nivel social ni vinculación política o protección cómplice, porque está en juego la buena imagen de nuestro país frente a la comunidad internacional.
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