Existe una palabra clave de la cual dimanan acciones que pueden contribuir a prevenir hechos lamentables que ponen la seguridad particular e individual, además de causar dolor y angustia cuando tienen balances trágicos.
Esta es la prudencia, que de forma tan sabia y clara expone Baltazar Gracián en su tratado de aforismos y que con un sinnúmero de enseñanzas y consejos pueden evitar muchos males e inconvenientes en la vida en cualquier época.
Aunque nadie aprende en cabeza ajena y generalmente la gente no se lleva de consejos, hay que formular nuevos llamados a la prudencia para evitar accidentes en las carreteras, intoxicaciones e incidentes en la despedida del 2016 y las celebraciones para recibir el nuevo año.
A pesar de todos los llamados y advertencias y de spots y publicaciones destinados a llamar la atención y crear conciencia para evitar manejos temerarios, muchas veces bajo el influjo del alcohol, sobre todo el períodos festivos, en las fiestas de Nochebuena y Navidad tuvimos consecuencias trágicas.
En este aspecto, además del llamado a la población para que se comporte con cuidado y sobriedad para protección propia y de los demás, insistimos en que los resultados y estadísticas no midan únicamente por cifras, a veces presentando como un éxito una disminución en los índices en términos comparativos.
En otras oportunidades hemos dicho y ahora repetimos, que este tipo de enfoque tiende a herir la sensibilidad de los parientes de víctimas, ya que el dolor que causa en una familia la partida de un ser querido no es menguado ni consolado por estadística alguna.
Lo que se impone, pues, es que los ciudadanos y las autoridades cooperen entre sí para que pasemos estas festividades en paz, preservando los valores familiares, además de reflexionar sobre la importancia de la prudencia y el compromiso colectivo de evitar accidentes en calles y carreteras.
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