¿Qué pasa entre Navarro y la ADP?

La educación es lo más importante para la población.  Hay muchas fuentes de aprendizaje. La escolar es una de ellas. La Asociación Dominicana de Profesores, ADP, es la entidad que agrupa a los maestros  de los centros educativos públicos del país.  Con la misión  de  luchar por mejores condiciones laborales  y elevar la calidad del sistema educativo, fue fundada en  1970.

Durante sus primeros años, sus  preocupaciones no solo eran defender su clase, sino asegurar la docencia, con frecuencia interrumpida por los acontecimientos políticos.

Con el correr del tiempo,  huracanes políticos e intereses personales han tumbado el pulso  de  dirigentes  de  la ADP. Muchos  han perdido  el camino del desarrollo integral del sistema educativo y con la excusa de defender su clase, protegen su tajada ¡hunden el sistema!  Sin ningún pudor, se manejan con criterios personales, no normativos; pensando en casos específicos, no colectivos.

En 1997 se promulgó la Ley  66-97. En ella se plantea que los cargos administrativos, docentes, técnicos serán por méritos profesionales, concursos de oposición, ternas, para que de ellas, quien ostente  el cargo de Ministro de Educación, escoja la propuesta  más favorable. Esta Ley no se ha aplicado en los Directores Regionales y Distritales. Eran nombrados administrativamente  y la ADP ¡nunca protestó!

Hace apenas un año, fue designado   Ministro de Educación, Andrés Navarro. Decidió aplicar la ley  mencionada, para elegir los Directores Regionales y Distritales pero dirigentes de la ADP se oponen. ¿Por qué rechazan la  oportunidad de participar de manera efectiva en su mejoría y  de elevar el sistema educativo?

Todo parece indicar que el Ministro persigue institucionalizar la educación, respetando las leyes, estableciendo normas, democratizando la toma de decisiones ¡limpiando el sistema! Por eso, continúa con  la Evaluación del Desempeño Docente,  para aplicar incentivos y  mejora que eleven la calidad de la enseñanza-aprendizaje; como buen Arquitecto, el desarrollo de la infraestructura obedece a un plan; busca  la manera más efectiva de invertir y controlar  los recursos generados por el 4% del PIB

El mensaje que se desprende de pedir ternas para elegir los directores, es descentralizar las funciones. Desea una estructura donde las posiciones se obtengan democráticamente, por profesionales con méritos, con capacidad  y conducta intachable; donde los docentes tengan la oportunidad de opinar y decidir. En ese proceso  debe participar la base, “no el dedo del jefe”   Debería ser aplaudido por la ADP. Es  una gran oportunidad  y un gran incentivo para los docentes que  buscan superarse en buena lid.

¿Qué pasa con la ADP? ¿Por qué  responde rechazando  este método  y utilizando su arma más destructora, paralizando el aprendizaje de los niños y jóvenes? Luce descontrolada, angustiada. Dispara en todas direcciones. Entiendo su desesperación por males acumulados pero  deberían serenarse ¡dejar al Ministro trabajar! olvidar sus intereses personales  y políticos y  apoyar las  medidas que benefician el sistema educativo.

Todo parece indicar  que  Navarro no quiere politiqueros.  Busca docentes meritorios que siembren calidad,  por eso elimina “las  botellas” pero la ADP responde con huelgas, paros, quitándoles el pan educativo a los niños.

¿Qué quiere la ADP?   Nunca le molestó que actuara “el dedo” buscando directores.  Los  maestros juiciosos deben estar atentos. Ellos saben, que  Navarro  está concentrado en lo esencial para la educación: calidad y fuerte estructura. Si estuviera pensando como polítiquero, le convendría mantener  maestros débiles, fanatizados, “botellas” fácil de manipular, que solo piensan en su tajada, le convendría complacer dirigentes busca-votos. Pero ese no es su  estilo ni meta.  De seguro que dialogará con  la ADP. Sabe lo que procede.

Tranquiliza saber que Navarro en cualquier escenario, envía mensajes alentadores, se concentra en institucionalizar el sistema, pensando en el bien común.  Este tipo de funcionario, no abunda. Apoyémoslo.  ¡Ojalá resista! y se mantenga en Educación, con el bisturí firme en las manos!