Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
No se Ustedes, pero yo he pensado muchas veces que haría si un día me estuviera sofocado, preso y harto de la vida. Con deseos de desaparecer, de morir, insatisfecho conmigo mismo y con el mundo a mi alrededor.
Hay muchos que ante esta situación prefieren antes que luchar quitarse la vida, y no saben que la amargura y los problemas se los dejan a sus seres queridos. Primero porque no saben porque se mato, y se hacen preguntas “el porque”, después le dejan una carga encima de ellos para pagar por su funeral y demás preparativos a veces cuando no tienen ningún dinero para afrontar los mismos, y por ultimo dejan a sus hijos que nada tienen que ver en este asunto huérfanos de madre o padre.
Lo primero que yo debo preguntarme antes de actuar, es si quiero cambiar la luz por las tinieblas. Preguntarme, si quiero cambiar la mesa puesta, por los restos que tantos buscan en la basura. Después, si quiero cambiar mis pies por una silla de ruedas. Debo preguntarme, si quiero cambiar mi voz, por las señas. Si quiero cambiar el mundo de los sonidos por el silencio de los que no oyen nada. Preguntarme, si quiero cambiar el diario que leo y después echo a la basara, por la miseria de los que van a buscarlo para hacerse con él una manta. Si quiero cambiar mi salud, por las enfermedades de tanta gente. Si quiero cambiar la vida por la muerte, y la desdicha de convertir a mi familia en una familia que llora mi muerte. Pregúntate, hasta cuándo no reconoces tus bendiciones, para hacer de tu vida un himno de alabanza y gratitud y decir todos los días desde el fondo de tu corazón. Gracias Señor” por todo lo que me has dado.
Me decía mi padre que era una persona sabia, pues así lo considero yo, que uno de las atribuciones que debía tener todo ser humano, era el ser agradecido, dar las gracias por todo, porque no somos merecedores de las cosas que tenemos, sin embargo en infinidad de veces ni damos gracias por esas cosas.
Demos gracias a Dios por todo lo que nos da gratis, sin que nos cueste nada, el sol, el aire que respiramos, la luna que nos alumbra en las noches, la vida, la vida de fe, en fin muchas otras cosas mas que si me pongo a mencionarlas nunca acabaría.
Aprovecho la oportunidad para darle las gracias a todos los que me leen y especialmente a aquellos que dejan sus comentarios, espero que poniendo mi granito de arena este mundo algún día llegara a ser mejor.
Termino con este Versículo de la Carta de San Pablo a los Romanos del Capitulo 3, Versículo 24 que dice: “Siendo rehabilitados por pura gracia y bondad, mediante el rescate que se dio en Cristo Jesús”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.