SANTO DOMINGO. – Mientras los maestros y el gobierno se enfrentan por una serie de reivindicaciones que incluyen aumento salarial para los afiliados a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), los estudiantes sufren la realidad en los centros educativos.
En un foro conocido como Reddit, estudiantes rompieron el silencio para compartir sus experiencias de manera anónima de la ‘verdadera cara’ del sistema educativo en la República Dominicana, las cuales reflejan lo que muchos enfrentan, pero pocos se atreven a denunciar públicamente: la falta de recursos, la sobrecarga académica y un ambiente escolar que pone en riesgo el bienestar físico y mental de los alumnos.
Un alumno de una escuela semi-pública, considerada «prestigiosa», señaló que su institución enfrenta problemas similares a los de las escuelas públicas, como la falta de maestros, infraestructura deficiente y un horario escolar extendido que afecta gravemente la salud y el bienestar de los alumnos. «No hay maestros suficientes para impartir algunas materias, la infraestructura es pobre, y la tanda extendida nos afecta a muchos de los estudiantes», señaló.
También destacó la sobrecarga de trabajo, especialmente para aquellos con promedios más bajos, y describió cómo el largo horario escolar, que se extiende desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde (o incluso más tarde para quienes tienen actividades extracurriculares), provoca fatiga, insomnio, ansiedad y estrés en los estudiantes. «Es preocupante (…) Deberían preocuparse por tener estudiantes sanos y que de verdad puedan ser ‘buenos’».
“Algo que es como una piedra en el zapato para mí y para mis compañeros es la cantidad de horas que vamos a la escuela. Es de 7 a.m. a 4 p.m., y para los estudiantes que tenemos clases extracurriculares es un gran problema, muchos llegando a las 6-7 de la noche a sus casas para llegar, hacer un proyecto, trabajo o alguna exposición para el siguiente día, y eso causa mucha fatiga. Te digo que la cantidad de estudiantes que sufren de insomnio, fatiga, ansiedad y estrés, hasta el punto de no dormir o no comer, es preocupante. He tratado varias veces de cambiar el horario de asistencia, pero solo se respaldan con el argumento de: ‘No podemos hacer eso, porque es el gobierno quien manda eso’. ¿Y? Preocúpense por tener estudiantes sanos, y que de verdad puedan ser ‘buenos’”, explica la estudiante.
Otro estudiante expresó su descontento con la crisis prolongada del sistema educativo, sugiriendo que se debería regresar al sistema de clases por tandas como en el pasado, ya que «esto ayudaría a mitigar el problema de la sobrepoblación estudiantil y eliminaría la necesidad de los talleristas. Cantidad no es sinónimo de calidad», opinó, destacando que en su visión, la educación en el país se ha convertido en un negocio más que en un servicio.
El estudiante describió la tanda extendida como «demasiado desgastante» para todos: alumnos, maestros y el propio edificio escolar. Relató cómo el agotamiento de estar sentado ocho horas diarias aprendiendo temas que pronto se olvidan, sumado a la mala alimentación, afecta negativamente el rendimiento. «Es simplemente agotador… Honestamente, aún me sorprende cómo han mantenido y cómo el sistema ha aguantado tanto tiempo en extendida», agregó.
“Aún recuerdo las noches en vela y lo agotador que era tener 6 cartulinas o diapositivas listas diferentes para cada exposición, las cuales eran prácticamente diarias”, expresó.
La infraestructura deficiente también fue mencionada. Este estudiante recordó cómo en su colegio pidieron durante casi dos décadas la construcción de un techo para la cancha, que solo se realizó dos o tres años antes de su graduación. «Tergiversan lo que sea que dice el gobierno… para seguir con lo mismo y a veces lo vuelven peor», comentó.
Asimismo, criticó la actitud de algunos maestros que minimizan el estrés de los estudiantes, considerando que «solo los adultos se estresan», lo que contribuye a la falta de empatía y apoyo hacia los jóvenes.
Otro estudiante, que se describe a sí mismo como un «nerd», compartió su experiencia personal de sobrecarga académica, combinada con actividades extracurriculares como clases de música y participación en el Club de Aventureros/Conquistadores. «Me di cuenta de que si hacía lo que me ponían los ‘educadores’, me ponían más que a los otros porque ese tipo de maestros no saben enseñar», expresó, señalando cómo esta presión adicional afecta a quienes ya están sobrecargados.
Un estudiante que había pasado por una situación similar aconsejó a los demás a buscar una red de apoyo para sobrellevar las dificultades del sistema educativo. Asimismo, relató cómo en su caso, la comprensión de su abuela y el apoyo de compañeros le permitieron manejar el estrés de asistir a un liceo de alto nivel con un horario que incluía clases de lunes a sábado y materias optativas. «Es posible que si estudias una carrera de pensum largo/difícil… lo agradecerás en el futuro hasta cierto punto», sugirió, aunque reconoció que la situación es difícil.
Otro alumno lamentó que la situación no cambiará mientras las mismas personas sigan en el poder, describiendo su experiencia en el liceo, donde el día escolar empezaba a las 6 de la mañana y se extendía hasta las 4 de la tarde. Criticó la calidad de la comida escolar y la falta de actividades extracurriculares, sugiriendo que retrasar la hora de inicio de las clases y la implementación de materias más funcionales, como las que se enseñan en Japón, podría mejorar el rendimiento estudiantil.
«Si los políticos pusieran el mismo esfuerzo para que mejore la calidad educativa como lo ponen para ser corruptos, estaríamos en el top de LATAM en mejor educación, no como actualmente que estamos en el suelo», enfatizó.