Santo Domingo.– El colapso del techo de la discoteca Jet Set el 8 de abril de 2025, que dejó 234 víctimas mortales, ha generado múltiples investigaciones técnicas independientes. A la espera del informe oficial de la comisión designada por el gobierno, tres ingenieros especializados han presentado diferentes análisis preliminares que coinciden en factores clave, pero también aportan hallazgos únicos.
Noticias SIN ofrece las perspectivas de PhD y PE experto en fallas estructurales y egresado de la Universidad de California, Berkeley, Nicolas R. Peralta; del ingeniero civil de Santiago, Piter Bonilla, y del ingeniero electrónico con un máster en eficiencia energética por la Universidad de Barcelona y más de 30 años de experiencia, Pedro A. Infante. Todos han ofrecido sus teorías desinteresadamente y como un servicio profesional a sus compatriotas dominicanos.
Todos coinciden en el punto de la sobrecarga estructural. Todos los informes destacan el exceso de carga en el techo, agravado por capas acumuladas de fino impermeabilizante (hasta 8 cm) y equipos pesados como unidades de aire acondicionado (36,000 libras en total).
El ingeniero Piter J. Bonilla calculó que la carga total superó en un 60% el límite de servicio original, mientras que el análisis anónimo señala perforaciones críticas en la losa para instalar estos equipos.
La acumulación de agua fue otra coincidencia.
Evidencias audiovisuales muestran agua estancada drenando sobre la pista de baile segundos antes del colapso. Bonilla e Infante vinculan esto a un ciclo destructivo: filtraciones → aplicación de impermeabilizante → mayor peso → deformación → nuevas filtraciones.
Hay otra coincidencia en la posible falta de mantenimiento y modificaciones inadecuadas. Los tres documentos critican intervenciones sin supervisión profesional, como la construcción de casetas metálicas que atrapaban humedad y vibraciones por generadores eléctricos, según informe de Infante. Finalmente están las deformaciones extremas.
Bonilla, por ejemplo, midió una deformación de 14.2 cm en una viga periférica (L/120, cuando el límite seguro es L/400), indicando que las vigas centrales habrían alcanzado hasta 20 cm antes del colapso.
Nicolás R. Peralta – Rigor científico y causas profunda
Advierte contra especulaciones y exige un análisis de causa raíz basado en fractografía y datos empíricos.
Entiende que las potenciales causas están en la fatiga mecánica por cargas dinámicas de equipos, y la corrosión del acero o degradación del concreto. Leer informe completo a continuación:
Entiende que hay que preguntarse por qué el colapso ocurrió ese día y no antes. «¿Cuál fue el elemento que falló primero?», se pregunta.
Piter J. Bonilla – Análisis cuantitativo y multicausal
Supone que el mecanismo de fallo se activo como una secuencia progresiva por pérdida de acción compuesta viga-losa, vibraciones por música, y resonancia estructural. En una de sus observaciones Bonilla sugiere que las vigas con resistencia menor y losa aún más debilitada generaron mayores deformaciones y aumentó la vulnerabilidad a sobrecargas.
Para más detalles, leer informe completo a continuación:
Expresa que la resistencia del concreto era inferior a lo estimado (35 MPa en vigas vs. 40 MPa original) y que el peso adicional por equipos audiovisuales y HVAC sumó 10 kN/m.
Recomienda protocolos de inspección para vigas de gran luz y evaluación de efectos dinámicos en cambios de uso.
Pedro A. Infante – Fallas en instalaciones y gestión energética
Según su perspectiva, el origen del problema estuvo en las casetas herméticas para equipos de aire acondicionado, que crearon microambientes húmedos, generando hasta 300 galones de agua diarios por condensación. Sostiene que prácticas de ahorro energético con generadores provocaron vibraciones persistentes.
Informe a continuación:
Infante también critica posibles decisiones sin asesoría técnica, priorizando rentabilidad sobre seguridad.
Mientras el informe oficial podría resolver incógnitas como el estado exacto de los materiales y responsabilidades legales, estos análisis independientes subrayan lecciones urgentes: la necesidad de regulaciones estrictas para cambios de uso en edificios, inspecciones periódicas y una cultura de mantenimiento preventivo. Como señala Peralta, «sin rigor técnico, el riesgo de repetir tragedias es alto».
Nota del Editor: Los informes citados son preliminares y no sustituyen las conclusiones oficiales. Se adjuntan enlaces a las fuentes originales para contextualizar su alcance y limitaciones metodológicas.
Fuentes:
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email